El Comité Superior de Deportes (CSD) le pasó la patata caliente a la Federación Española de Fútbol (FEF) y Rubiales, inmerso en plena campaña a las elecciones federativas, tomó una decisión políticamente correcta, aunque consciente de que probablemente no la pueda llevar a cabo. La FEF comunicó ayer a todas sus territoriales lo que todo el mundo esperaba, que no era otra cosas que la suspensión del fútbol no profesional, entiéndase como tal desde 2ª B hacia las categorías regionales. La siguiente decisión, esta más esperada por clubs implicados en el ascenso de categoría, fue continuar con el plan de disputar un play off exprés en sede única y sin público con eliminatorias a partido único.

Rubiales ni nombró tan siquiera la posibilidad del ascenso directo que han puesto en marcha otras federaciones de Europa para el fútbol no profesional tras dar por terminadas las competiciones, y respetando las clasificaciones tal y como estaban.

Todo su plan estaba meditado para no herir a nadie y ganar tiempo hasta que Sanidad tome una decisión en un sentido u otro, lo que el CSD no quiso hacer. De tal forma que no habrá descensos y los ascensos, de momento porque una cuestión es la intención y otra la realidad de un país que todavía se encuentra en estado de alarma prorrogado 15 días más y con alguna comunidad como Cataluña que se niega a pasar a la fase 1, se decidirán en el terreno de juego.

posibilidad // Incluso, dejó esa vía como solución para la 3ª División, una categoría amateur por lo que se antoja como una utopía que los ascensos pudieran resolverse en el campo.

Por tanto, existe una decisión de la FEF, pero no una seguridad de que se pueda llevar a cabo la misma. Mientras, el CD Castellón sigue a la espera de acontecimientos, entre otras cuestiones cuándo podría empezar a entrenar para preparar esa eliminatoria que le podría llevar en 90 minutos a Segunda A. En el club albinegro no existe miedo a ese partido, incluso el propio presidente considera que se puede superar; pero no se esconde que se considera una absoluta entelequia ahora mismo la reanudación de la competición.

Y luego otra pregunta en el horizonte: ¿Quién correrá con los innumerables gastos que supone seguir a rajatabla el costoso protocolo que, por ejemplo, ha puesto en marcha LaLiga en Primera y Segunda División? Sin tener en cuenta cómo están ahora mismo los clubs de Segunda B en su situación económica, sin ingresos por taquillas o patrocinios, y la mayoría con un ERTE en marcha. Rubiales ha alargado la decisión que quiere tomar, pero no se atreve a ordenar, que no es otra que las suspensión definitiva.