Feliciano logró el saque directo definitivo y la pareja se derrumbó entre lágrimas en la arcilla de París como si fuese un solo hombre. Lo acababan de hacer. Después de un torneo excepcional, el dúo formado por Feliciano López y Marc López se alzaron con su primer título de Grand Slam superando en la final a una de las parejas más consagradas del circuito: los temibles hermanos Bryan. El duelo se fue al tercer set pero pudo acabar antes. En el desempate del segundo, los españoles rozaron el título con una bola de partido al resto que finalmente no pudieron aprovechar. En el tercero, con los nervios a flor de piel, Feliciano y Marc rompieron hasta dos veces el servicio de su rival. La ventaja del primer break se esfumó porque Marc fue incapaz de mantener su servicio. Pero una vez volvieron a romper el saque de los Bryan, Feliciano sacó a relucir su repertorio hasta acabar como más le gusta: con un servicio directo inapelable que desembocó en las lágrimas de la felicidad de una pareja que se formó a principios de temporada.

Con Marc desgastando al rival desde el fondo y Feliciano atento en la red, los españoles neutralizaron los recursos de unos hermanos Bryan muy difíciles de derrotar en cualquier superficie.

Desde Sánchez Vicario y Casal alzasen Roland Garros en 1990 ninguna pareja española se había apuntado un título de Grand Slam. Feliciano y Marc, López y López, rompieron la maldición y entraron en la historia por la puerta grande.

"No tengo palabras. Es el día más feliz de mi vida, estoy en mi torneo favorito, es mi segunda final aquí y ganar es un sueño. Es el primer Grand Slam que gano y lo hago contra los mejores de la historia. Más no se puede pedir, son los mejores del mundo, ganarles en la final tiene mucho más mérito", declaró Marc López, visiblemente emocionado.

"No os podéis imaginar lo que significa ganar este torneo contra los dos mejores jugadores de la historia de este deporte en dobles", añadió Feliciano. "Se lo dedico a todos los que hacéis que siga aquí dando guerra. Y a Marc. Para mí ganar un Grand Slam era un sueño, no me lo esperaba. Pero poder haberte ayudado a ganarlo es todavía más especial".