Fernando Torres (34 años) se despidió del Atlético de Madrid con dos goles en un partido sin trascendencia ante el Eibar (2-2). El punta deja el club de sus amores (su destino parece China o EEUU) con 404 partidos, 129 goles y el cariño enorme que siempre le tendrá la afición colchonera. Simeone colocó a Torres como titular y capitán en un encuentro que sirvió también para ofrecer el trofeo de la Europa League. El estadio estalló con el segundo gol de su ídolo, logrado poco después de la entrada de Griezmann, que fue recibido con división de opiniones: primero con silbidos por su más que posible fichaje por el Barcelona y después con aplausos, a petición de Diego Godín.

«Nunca necesité ningún título para sentirme el jugador más querido del mundo», afirmó Torres en un emotivo discurso durante los actos de homenaje, en el que recibió la insignia de oro y brillantes, frente a una camiseta gigante con firmas para él y con un globo a la espalda con la inscripción «Hasta pronto, Fernando». El Niño hizo un bonito guiño a Luis Aragonés («todos le debemos que nos enseñara el camino, que nos marcara lo que es el Atlético de Madrid») y a su abuelo («me dio el regalo más grande que se puede dar a un nieto, que es hacerlo del Atleti»). «Ha sido un orgullo, un honor y un privilegio vestir esta camiseta», concluyó.