El sueño de cualquier piloto de Fórmula 1 es ser campeón del Mundo y pilotar para Ferrari. Muy pocos, poquísimos, han logrado este doble sueño, apenas un ramillete de nombres como Schumacher, Fangio, Prost, Lauda, Alonso, Ve-ttel… Carlos Sainz ha cumplido el primero de esos sueños, vestirse de rojo, formar parte de la escudería más lauerada y popular de la Fórmula Uno.

Ferrari hizo oficial ayer el compromiso por dos temporadas, la 2021 y 2022, con opción a una tercera. El piloto madrileño, que ya sabe lo que es luchar contra dos gallos como Max Verstappen y Nico Hulkenberg al otro lado del garaje, tendrá como compañero a Charles Leclerc, el chico que maltrató a todo un tetracapempeón como Vettel la temporada pasada.

Carlos Sainz, de 25 años, podrá por fin luchar por victorias, podios y títulos tras brillar desde su debut con Toro Rosso en el 2015, tras consolidarse al pasar a Renault a finales del 2017, y un año después de completar una fenomenal temporada el 2019 en McLaren, el empujón definitivo para que Ferrari se decidiera por él en lugar de Ricciardo.

El australiano ocupará el volante que Sainz deja libre en McLaren para formar pareja junto a Lando Norris.