El tenista valenciano David Ferrer se ha convertido en la única esperanza del tenis masculino nacional, de las 15 que empezaron en el primer Grand Slam de la temporada, tras derrotar a John Isner y clasificarse para los cuartos de final del Abierto de Australia. El de Jávea, octavo cabeza de serie del torneo, tan solo necesitó tres sets (6-4, 6-4 y 7-5) para imponerse al gigantón estadounidense y certificar el excelente estado de forma que atraviesa y que le ha llevado a plantarse a dos partidos de la final sin perder un set en todo el torneo, tal y como destacó el propio protagonista al reconocer que “lo más importante” es que está “jugando bien”.

En su objetivo por repetir las semifinales alcanzadas en Melbourne en las ediciones del 2011 y 2013, el español se verá las caras con el escocés Andy Murray, verdugo del australiano Bernard Tomic. H