Lance Armstrong tuvo hipnotizado a medio planeta con sus hazañas ciclistas, que le convirtieron en el mejor de la historia. Siete Tours de Francia seguidos, entre 1999 y 2005, daban para una película, un libro, una web, un blog, una revista y lo que hiciera falta y más. Y sí, el tejano tendrá película, que se estrena este viernes (en España habrá que esperar hasta junio). Pero no solo sobre su gloria deportiva sino sobre todo lo que vino después: sus mentiras, su dopaje, sus miserias, su caída como mito del deporte. El filme se titula 'The program', lo dirige Stephen Frears ('Alta fidelidad', 'La reina') y lo protagoniza Ben Foster ('The messenger', 'X-Men: La decisión final'); también interviene Dustin Hoffman.

Alas tenía Armstrong cuando volaba sobre la bici. Pero esa ayuda era externa: EPO, cortisona, testosterona, autotransfusiones de sangre. De todo. Las sospechas y acusaciones se cernían sobre él casi a diario, y casi a diario él las negaba. Limpiaba su imagen con la fundación Livestrong, con las que recaudó más de 500 millones de dólares (unos millones de euros) para la investigación contra el cáncer (él había superado uno de testículo con metástasis en el cerebro y los pulmones).

Ben Foster, en su papel de Lance Armstrong en 'The program'.

Así que había una buena historia que explicar en el cine. Una historia basada en el libro de 'Seven Deadly Sins: My Pursuit of Lance Armstrong', el periodista de 'The Sunday Times' David Walsh, uno de los que más empeño puso en sacar a la luz el fraude del ciclista.

Viendo el tráiler de 'The program', Foster da el pego comoArmstrong porque, entre otras cosas, ha visto horas y horas degrabaciones del ciclista, se ha entrevistado con personas de su entorno, ha trabajado a fondo en la imitación de sus movimientos sobre la bicicleta... y se ha dopado.

DOPADO PARA INTERPRETAR AL CICLISTA

Frears no lo supo, pero Foster quiso saber cómo se sentía el mito caído. Eso explicó en una entrevista cuando promocionó el filme. "No sé si mejoraron mi interpretación, pero a la hora de subir una montaña en bicicleta, te garantizo que las sustancias potenciadoras del rendimiento funcionan. No digo que lo recomiende, y sé que no es popular decirlo, pero... sí, las drogas funcionan". Tal cual lo dijo.

Intentó hablar con Armstrong, pero no hubo manera. Quería preguntarle "absolutamente todo" al que aún hoy se considera, según su propio perfil de Twitter, heptacampeón del Tour de Francia. Pero no le ve como el malo de la película. "No gusta porque era un gilipollas y a mí tampoco me gusta por eso, pero sí me gusta que con su poder recaudara un montón de dinero para la investigación y la concienciación sobre el cáncer. Fue un gilipollas con la gente que amenazaba su imperio, pero a la vez su imperio se encargaba de ayudar a gente enferma. No es ni víctima ni villano; las cosas no son blancas o negras. Yo he perdido a familiares y amigos por el cáncer, y sería capaz de hacer muchas cosas por traerlos de vuelta".

Frears, en cambio, es más duro con Armstrong: "Es un mentiroso al que le gusta tenerlo todo bajo control, y yo quería que mi película estuviera fuera de su control. Si aún se sigue considerando ganador es que necesita un buen psiquiatra. Creo que ante todo debería disculparse, porque pedir perdón es el primer paso que tienes que dar para comprenderte a ti mismo y lo que has hecho".