Flamengo es el nuevo campeón de la Copa Libertadores de América. Venció a River Plate 2-1 pero sufrió mucho, más de lo que esperaba. La sonrisa se le dibujó recién en los últimos minutos, en un abrir y cerrar de ojos. Es la segunda vez que obtiene 39 años después el certamen más preciado de la región. La música de La Guerra de las Galaxias sonó antes del partido y marcó el tono de lo que sería un combate futbolístico a todo o nada ante la mirada de 80.000 espectadores en el estadio Alianza Lima y millones de personas en la región y el mundo.

EL Flamengo gastó 120 millones de euros para armar un equipo altamente competitivo y con el objetivo primordial de ganar este torneo. Hacía llegado a Lima con 20 partidos sin perder. Marcelo Gallardo tomó nota de todas las adversidades que se le presentaron desde inicio y estuvo muy cerca de acertar.

Epílogo dramático

Al principio los cariocas se mostraron más confiados. River intentó esperar ante la superioridad de un rival más técnico y predispuesto al juego ofensivo. Pero si algo tiene el fútbol es su carácter impredecible, y más en un choque entre argentinos y brasileños. Los favoritos pueden dejar de serlo en cuestión de segundos. Gallardo la sabía. Había que aprovechar el mínimo descuido de un rival más técnico. Y así sucedió al minuto 14 de la primera etapa: Enzo Pérez le robó el balón a Felipe Luis y se proyectó por la derecha. Su lanzamiento fue débil. Gerson y Arao dudaron. El colombiano Rafael Borré aprovechó esa cavilación y el portero Diego Alves no tuvo nada que hacer. Gol y sorpresa.

A partir de ese momento comenzó a jugarse el partido que Jesús no tenía en sus planes. Sus jugadores están acostumbrados atacar. Nunca obligados. Flamengo se encontró con una exigencia adicional y otras zozobras. A los 36 minutos, Palacios estuvo cerca de aumentar diferencias en un contragolpe.

Empujado por sus hinchas, los cariocas trataron de desequilibrar en la segunda etapa. Armani le sacó el grito de gol de la boca a Ribeiro. Diego entró al campo en lugar de Gerson y dio mayor claridad a los brasileños. Un exhausto River se dedicó a aguantar la tormenta. Faltaban cuatro minutos para la gloria cuando Pratto cometió un enorme error imperdonable en el ataque. Bruno Enrique arrancó por izquierda. Cedió a De Arrascaeta y este a Gabigol que solo tuvo que empujarla. Dramático epílogo. Los argentinos se derrumbaron y Gabigol fue otra vez verdugo. Después se fue expulsado. El fútbol es así: cuando todo parece dicho, la historia cambia. Flamengo disputará con Liverpool la final entre Europa y América Latina.