La condición de provisional de Santiago Solari en el banquillo del Madrid ya es historia. De forma oficial, el club ha comunicado que el nombramiento de pleno de derecho del argentino como entrenador del primer equipo hasta el 30 de junio de 2021, aunque ya era oficioso después de que expirara legalmente su condición de interino. Con tres años de contrato por delante, el presidente madridista Florentino Pérez finiquita así la búsqueda de entrenador, que no había cosechado más que fracasos, y deposita el mando del proyecto en Solari.

Siguiendo el ejemplo de Zidane, que también llegó del filial para ocupar el puesto de un técnico destituido, el Madrid se encomienda a la sapiencia de Solari para repetir gestas pasadas, pese a los problemas de planificación de plantilla que arrastra el equipo en el inicio de temporada.

En los cuatro partidos que Solari ha dirigido al equipo de forma interina, las cuatro victorias que ha cosechado han convertido al madridismo en un remanso de paz, después de las turbulencias de la corta, pero intensa, etapa de Lopetegi. Hasta ahora el rendimiento de Solari es como una nube negra en tiempos de sequía aproximándose por el horizonte de un pueblo agrícola, promete lluvia, pero la tierra todavía está seca.