Desde finales del pasado año, los rumores que relacionaban a Pablo Fornals con el Nápoles se intensificaron, aunque, al final, el propio futbolista —implicado en la pelea por la salvación con el Villarreal—, el club italiano y su técnico, Ancelotti, decidieron echar el freno a la operación. A medida que crecían los cantos de sirena procedentes del sur de Italia, se debilitaban los ecos del interés de la Premier, en general, y del West Ham, en particular, por hacerse con el castellonense de 23 años.

Sin embargo, el club londinense ya tenía mucho trabajo adelantado. Mario Husillos conocía muy de cerca al centrocampista groguet. Centenares de entrenamientos y decenas de partidos permitían al exdirector deportivo del Málaga y desde hace un año del West Ham tener un conocimiento exacto del potencial de Fornals —«tiene todas las cualidades para triunfar en la Premier», apuntó ayer—, suficiente para convencer a los dirigentes del club londinsense para desembolsar los 27 millones de euros que les ha costado la operación para tener al castellonense las próximas cinco temporadas (hasta el 2024), seis si se cumple el año opcional firmado

Convencer a Manuel Pellegrini le costó un poco menos a Husillos, que reactiva una pequeña colonia malaguista en el barrio de New Ham, al oeste de la capital inglesa. El técnico chileno, toda una institución en el Villarreal, ya había oído hablar en su última campaña en Málaga de un juvenil de 17 años que había llegado del Castellón —que se llevará un 1% del montante del traspaso, unos 270.000 €— y que despuntaba en las categorías inferiores. Un par de años después debutaba con el primer equipo del club andaluz.

Precisamente, la presencia de Pellegrini en los Hammers —aparte de las condiciones económicas— ha sido un factor clave para Fornals: «¿A quién no le gustaría trabajar con uno de los mejores técnicos del mundo? Pellegrini es uno de ellos».