Se hace difícil hablar mal de este Castellón en materia deportiva. Unos futbolistas a los que poco se puede exigir más, si poco o nada cobran, que juegan en un césped que no es césped, en un campo que literalmente se cae, con un entrenador que no puede ejercer de entrenador y un presidente que no ejerce de casi nada, perdieron ayer en Castalia contra el Torrevieja. Después de encadenar 22 partidos sin conocer la derrota, no han podido puntuar en las dos últimas jornadas. No sumar la pasada semana en Alzira entraba casi dentro de lo normal —algún día tenía que pasar—, pero no poder sacar tampoco nada positivo frente al penúltimo de la categoría, que llegaba después de no ganar sus últimos 14 envites, sí invita más a la preocupación.

Algo pasa en un Castellón que no ofreció prácticamente nada en materia futbolística y que se vio maniatado por el lógico planteamiento defensivo de un rival que jugó atrás con dos líneas muy juntas y pobladas. Es cierto que el Torrevieja tampoco puso en muchos aprietos a Zagalá, pero solo faltaría que uno de los peores equipos de la categoría, que llegaba además con seis ausencias, hubiera llevado la voz cantante en juego y ocasiones.

Los alicantinos hicieron lo justo para llevarse todo el botín. Sabían a lo que venían y después de trazar su plan, lo llevaron a cabo sin más estridencias ni alardes. Cometieron menos errores que su rival y acertaron en las ocasiones que tuvieron. Poco más.

PRIMER SUSTO Y PRIMER GOL // El equipo de Manu Calleja, que ante la baja de Clyde apostó por Marenyà en el doble pivote, con Esaú y Fonte en punta -Yagüe era baja por lesión-, no salió todo lo enchufado que debía a Castalia. Fruto de esa apatía inicial, los visitantes se fueron creciendo y gozaron de la primera buena ocasión de la contienda, en un disparo que se estrelló en el larguero, previo paso por el guante de Zagalá. Prácticamente en la siguiente jugada, el Torrevieja encontró una autopista por la derecha y tras un cúmulo de errores en el área local, Luis García llegó solo desde la izquierda para fusilar al meta albinegro con un disparo seco y cruzado. Al cuarto de hora al Castellón ya le tocaba por tanto remar a contracorriente.

Pese a los buenos peloteros que los albinegros tenían sobre la hierba —por llamar de alguna forma a la superficie—, no había forma de percutir en los dominios de José Carlos. Finalmente, Javi Zarzo en una jugada individual, consiguió entrar en el área y tras un primer regate, fue derribado por un inocente defensa. El propio Zarzo materializaría el penalti y con el empate ambos equipos se irían al túnel del vestuario.

Pocas ocasiones y poco fútbol en la primera mitad, y poco cambiaría el escenario en la segunda. Calleja intentó mover ficha con la entrada de Lolo Ivars para que este se moviera más entre líneas que lo que lo había hecho Fonte, que junto a Esaú no combinó excesivamente bien al ser delanteros de perfil similar, pero su apuesta se vio truncada por un nuevo mazazo. Álvaro no acertó a despejar el balón y Álex López empujó a Pastor en el área. Lewis engañó a Zagalá desde los once metros, anotando un 1-2 que ya no se movería más (min. 68).

Es cierto que Esaú dispuso de un par de ocasiones para marcar, pero no era el día de un Castellón que perdió las señas de identidad que le habían permitido encadenar 22 partidos sin perder. Estos son los mismos jugadores que firmaron esa buena dinámica y pese a que las dos últimas derrotas han empujado al equipo fuera de los puestos de play-off, tiempo de sobra queda para volver. Habrá que mejorar, eso sí, primero en los despachos, después en el banquillo y también en el campo.