La actual no es la primera situación delicada por la que pasa David Cruz desde su llegada en el verano del 2012, pero quizá sea la más completa, pues afecta a todas las parcelas del club. Por si fuera poco, la afronta prácticamente solo. Tras las últimas salidas de Juan Carlos de Celis, Lino Sanchis y Vicent Farnós, el presidente tiene el respaldo de su abogado y consejero José Cano-Coloma... y poco más.

La estampa de Ximet y Saúl Suay —miembros de la secretaría técnica—, como representantes únicos de la entidad en el palco ante el Recambios Colón escenifica la escasez de apoyos con las que cuenta también de puertas para dentro el máximo accionista, obligado a apagar un último incendio tras la respuesta del Ayuntamiento al cierre de puertas de Castalia a los manifestantes que reclamaban su salida el pasado domingo.

Nueva crisis institucional

Que las relaciones entre el Ayuntamiento de Castellón y el CD Castellón están rotas no es ninguna novedad, pero la corporación dio un paso más en este cisma el lunes al iniciar los trámites para desahuciar a David Cruz de Castalia. La alcaldesa Amparo Marco y el concejal de Deportes Enric Porcar se reunieron de urgencia tras los incidentes del último partido y decidieron revisar un convenio de cesión del estadio que expiraba el pasado 30 de julio.

La resolución fue la siguiente: «El consistorio está estudiando el expediente de resolución de dicho convenio, por expiración de plazo; y proceder, en su caso, al posterior desalojo». Llevar a cabo esta amenaza no será sencillo, pero es una declaración de intenciones en toda regla.

Para Cruz será difícil llegar a acuerdos con el Ayuntamiento, pues hay que recordar que el presidente exige la cesión del estadio por 20 años para realizar reformas obligadas para la seguridad de los aficionados, al tiempo que subraya el alto coste que tiene abrir el campo cada jornada.

Incendio en el vestuario

Las relaciones entre David Cruz y Frank Castelló son idénticas a las que el presidente mantiene con el Ayuntamiento: inexistentes. «Mi futuro como entrenador del Castellón estaba no pendiente de un hilo; ese hilo no estaba», confesaba el técnico el domingo.

Parece que solo los buenos resultados y el coste económico ha frenado la destitución del entrenador. Estas circunstancias no han sido óbice para que Cruz echara la pasada semana a tres futbolistas: Arturo, Borja Gómez y Alberto Ramos, a lo que respondió la plantilla con un comunicado conjunto en el que manifestaba «la intranquilidad reinante en el vestuario por todos los acontecimientos que se están produciendo de manera encadenada en las últimas semanas», al tiempo que pedían readmitir a sus tres compañeros, con la callada por respuesta de la directiva.

En el día a día del club orellut destaca además la ausencia de médico --Santiago Rincón se despidió hace unas semanas-- o utillero --Eliseo se ha quedado solo tras la marcha de Mariano Moya-. Frank Castelló tampoco tiene segundo entrenador, pero sí dispone a su servicio de una coach...

Supervivencia en juego

Pese a todo lo comentado y lo que queda por comentar, quizá donde más se juega el Castellón es en el apartado económico. Cuando Cruz se hizo cargo del club, este ya llevaba una pesada mochila de piedras de los anteriores gestores. Actualmente debe hacer frente a los pagos ordinarios del día a día, junto a la herencia adquirida en un proceso concursal en el que destacan los 20.000 euros mensuales a Hacienda.

La temporada pasada, sin ir más lejos, concluyó con déficit pese a la clasificación para la promoción de ascenso, por lo que una ampliación de capital se antoja necesaria para la supervivencia de la entidad.

Asuntos judiciales

En el aspecto legal, David Cruz por ejemplo tendrá que convocar la Junta General de Accionistas para repasar las cuentas del pasado curso, aprobar el presupuesto de la temporada actual y suplir --o no-- a los consejeros que se han despedido. Destacar también el juicio por la compraventa de acciones con Castellnou y la exigencia de transparencia sobre la Fundación de fútbol base por parte de Sentimiento Albinegro. Muchos frentes y poco tiempo. H