Llegar a un banquillo en el fútbol profesional e irrumpir en la máxima categoría en el plazo de un mes no es lo corriente. Dicho de otro modo, la aparición de Javier Calleja en la considerada la mejor liga del mundo no es algo que pueda catalogarse dentro de lo considerado normal. Entre el privilegiado grupo de los 20 entrenadores que actualmente dirigen en la Primera División española, solo uno, Quique Sánchez Flores, supera en precocidad al actual técnico del Villarreal. El espanyolista cogió las riendas del Getafe, en el 2004, con la única experiencia anterior del fútbol juvenil (Real Madrid), sin rodaje previo en categorías sénior ni en equipos que se puedan considerar profesionales.

En el lado diametralmente opuesto están los ejemplos de trayectorias que han alcanzado la élite tras muchos años de pelea en la modestia. José Bordalás (Getafe) tuvo que esperar 24 larguísimos años hasta ocupar, esta misma campaña, un banquillo de Primera, después de curtirse en el Alicante, Benidorm, Novelda, Hércules... prácticamente todo el grupo III de la Segunda B. Por no hablar de la paciencia de 16 años de Pablo Machín (Girona) o los 12 años que le costó a Quique Setién que su atractiva filosofía futbolística —ahora alabada de manera unánime— atrajera a un conjunto de Primera División (la UD Las Palmas, a finales del 2015). Lo de Javi Calleja se sale del guión.

LA APUESTA

A sus 39 años, y aún con cierta mentalidad de futbolista —colgó las botas hace solo cinco años—, el salto del entrenador madrileño a la élite de la Liga apenas tiene parangón en el país. Su llegada al fútbol mayor se produjo el pasado verano, cuando el Villarreal premió su gran labor en el juvenil —tres títulos, dos ligas y una Copa de Campeones— con el banquillo de su filial, al que trasladó las virtudes que ahora se alaban tras su estreno en el primer equipo groguety resumidas en el regreso al ideario del Villarreal del predominio de la posesión y el buen trato del balón sobre el fútbol físico.

Solo 35 días y seis partidos después de su debut en la Segunda B, Calleja se plantó en un vestuario de un equipo de competición continental y con aspiraciones de zona alta en la Liga, superando con creces otras apariciones vertiginosas, como la de Pep Guardiola en el Barcelona en el 2008, solo un año después de estrenar su trayectoria en los banquillos en el filial azulgrana, o la de Zinedine Zidane en el Real Madrid, con únicamente año y medio de bagaje en el Castilla, por citar los dos casos más famosos.

Evidentemente, Javier Calleja también es el entrenador que llega de forma más precoz al banquillo del Submarino de Primera División, tanto por experiencia previa como por edad, ya que es el técnico del primer equipo más joven desde la irrupción del Villarreal en la máxima categoría, todavía sin haber llegado a los 40 —Ernesto Valverde y Juan Carlos Garrido llegaron al banquillo del Villarreal con 42 años—.

PROMOCIÓN INTERNA

Con Javier Calleja, la entidad amarilla también vuelve a reactivar el sistema de promoción interna para el primer equipo que quedó aparcada desde la llegada de Marcelino, en el 2013, y la posterior etapa de Fran Escribá. Las negativas experiencias con Garrido, su relevo en la campaña del descenso, Molina, y con Julio Velázquez en la primera parte de la última campaña en Segunda División A relegaron las elecciones de hombres de la casa a las categorías inferiores. Con Calleja, la Ciudad Deportiva vuelve a convertirse también en factoría de líderes del banquillo.