Pese a su nivel demostrado y al caché que todo internacional por Argentina tiene, Ramiro Funes Mori apenas había gozado de oportunidades en la presente temporada en el Villarreal CF. El excelente rendimiento de la pareja Raúl Albiol-Pau Francisco Torres situaba al central sudamericano en un tercer plano y, evidentemente, demasiadas jornadas en el banquillo. Incluso hubo planteamientos de que abandonara el Submarino en el mercado invernal, pero su profesionalidad pese a no jugar y su nivel provocaron que el propio Javi Calleja frenara su posible marcha.

Pero Funes Mori ha sido paciente y constante, hasta llegarle su oportunidad. Fue titular en Copa del Rey ante el Girona, para dar descanso a Albiol, donde se ganó por 0-3 con gol suyo incluido, y volvió a jugar en Liga el pasado sábado ante el Alavés, en un buen partido para reemplazar al lesionado Pau. Hasta el duelo de Mendizorroza, el argentino había sumado en Liga 92 minutos de 1.800 posibles (el partido entero ante el Celta y un minuto ante Espanyol y otro ante el Sevilla).

LUCHADOR NATO / Pero él nunca desfalleció. «La verdad es que tenía muchas ganas de volver a jugar. Llevaba mucho tiempo sin jugar dos partidos seguidos. Tengo claro que el fútbol es así, que unas veces juegas y otras no, pero yo nunca bajé los brazos», reconoce, añadiendo que «mi objetivo es siempre sumar para el equipo y ahora quiero aprovechar estas oportunidades».

A su vez, considera que «esto es un premio a no bajar los brazos. Nadie puede ocultar que Raúl y Pau están dando un gran rendimiento y eran titulares de forma merecida. Ahora me toca a mí jugar y soy consciente de que debo aprovechar todos los minutos que me toque jugar», expone.

«Sinceramente creo que estoy rindiendo en estos partidos, colaborando con un gol para eliminar al Girona y ayudando al triunfo ante el Alavés», arguye.

SU FAMILIA, CLAVE / El central reconoce el papel de su familia para no venirse abajo: «Mis hijos y mi esposa son quienes me dan la fuerza para seguir trabajando, pese a no jugar. Debo darle gracias a mi familia, porque me levantaba ilusionado gracias a ellos».

«En el fútbol, a veces estás arriba y otras estás abajo. Lo que realmente importa es que mi familia tenga buena salud», añade.

Incluso reconoce que confiaba en que llegara su momento. «Sabía que me iba a llegar mi oportunidad. La verdad es que tardó un poco más de lo que esperaba, pero yo nunca me rendí, nunca bajé los brazos, así que debo aprovechar estos partidos que me tocan y siempre dar lo mejor para el Villarreal», recalca.

Por último, aplaude el éxito del Submarino en Vitoria: «Partidos como los del Alavés son muy complicados, ya que en su campo son muy difíciles de batir. Debemos valorar mucho la victoria». «Además, el hecho de que el equipo no se rindió nunca, y pese a que nos empataron, logramos tres puntos importantísimos».