Cuando uno piensa en el fútbol, se imagina a los futbolistas, un terreno de juego, un balón, unos árbitros... pero el fútbol es mucho más que eso. Si hay una figura olvidada, pero muy importante, es la del delegado. Su cometido no se aprecia a ojos del espectador, aunque resulta de suma importancia para el correcto desarrollo de un encuentro, en especial en la previa y a la conclusión del mismo. Contextualizando esa situación en el fútbol provincial, los delegados adquieren un papel más protagonistas si cabe.

Esta función prácticamente se hace por amor al arte. Por ejemplo, el delegado del Cabanes y ex del San Pedro, José Emilio Defez, asegura que su principal motivación para desempeñar este trabajo radica en «estar ligado al fútbol desde dentro y no como un mero espectador». Algo que, como recalcan homólogos suyos de otros equipos es gratificante por conocer gente del mundo del fútbol e, incluso, hacer amistades.

La responsabilidad

Pero este cargo también conlleva responsabilidades, según indica el delegado del Nules, José Luis Torres, un mítico del fútbol provincial con pasado en el Castellón B e incluso en el primer equipo junto al legendario Eliseo Ramos. Entre las destacadas, «atender a los árbitros y velar por su seguridad en todo momento». Por su parte, el polifacético José Luis Moreno, delegado del San Pedro desde este curso, va un paso más allá y dice que «el delegado es quien inicia verdaderamente el partido con la entrega de las fichas a los colegiados, la lista de alineaciones, consensuar los uniformes a utilizar por los equipos...».

Y sin ir más lejos, los delegados también tienen mucho que decir durante el transcurso de los partidos. Así lo reconoce Vicente Baldayo, del Vall de Uxó: «En los encuentros, ayudo a mi entrenador, entre otras cosas, a realizar los cambios teniendo en cuenta si en la convocatoria hay jugadores de equipos dependientes del club, pero, sobre todo, a no sobrepasar el numero de estos jugadores permitidos de ser alineados con el primer equipo».

En ocasiones, la responsabilidad del puesto ya no está con terceros sino con uno mismo, puesto que heredar el cargo de una institución en el club es suficiente compromiso, como el que tiene Marcos Hernández, quien cogió el testigo del entrañable Ximo Villegas en el Onda.

Detrás de cada delegado hay una labor altruista que no se ve. Una función que suma a un todo por la ilusión de lograr un reto. Por ello, la satisfacción es máxima cuanto se alcanza un gran éxito. Un ejemplo de ello puede ser la histórica salvación del Nules en el 2017 para José Luis Torres, el ascenso a Preferente del Almenara Atlètic el mismo año para José Bueso, las dos promociones de ascenso a Tercera para Vicente Baldayo, el ascenso del filial del San Pedro para José Defez o la primera experiencia para José Luis Moreno.