El fútbol femenino está en franca progresión a nivel nacional. Encuentros televisados cada fin de semana en abierto, partidos que entran en casas de apuestas y quinielas, cobertura mediática, importancia de cada club a nivel interno y un largo etcétera.

Este claro progreso no es una excepción en la provincia de Castellón. El pasado sábado se disputó el derbi de la categoría de plata entre el Joventut y el Villarreal que tuvo un escenario inmejorable, el Estadio Castalia. El feudo albinegro fue testigo de un evento realmente histórico, albergar un partido de liga de fútbol femenino, máxime tratándose de un derbi entre los dos mejores equipos de la provincia.

Más allá del encuentro que disputó la selección española absoluta en el año 1996 en Castalia, la cita de la pasada semana marcará un punto de inflexión en la imparable progresión de un fútbol que no puede hacer más que crecer a pasos agigantados.

Hambre de fútbol femenino

Unos 1.500 aficionados, de ambos conjuntos, animaron a unas jugadoras que guardarán para siempre un grato recuerdo de esta cita. Hace dos décadas hubiera sido impensable que Castellón pudiera tener dos equipos en la categoría de plata del fútbol español, con un Villarreal que está en plena pugna por meterse en la promoción a Primera. Dos equipos que, además, están demostrando su nivel sobradamente.

Pero hay mucho más. Villarreal B y Alqueries rallan a buen nivel en la Liga Autonómica, el tercer nivel. Por si fuera poco, el Onda, recién ascendido a Primera Regional, lucha por dar el salto precisamente a la Liga Autonómica.

La base, clave

La estructura de todo deporte se asienta en el futuro. O, lo que es lo mismo, la cantera. Y ese es el gran reto de los clubs de la provincia, crear escuela. Actualmente, Villarreal, Joventut y Drac cuentan con filiales (dos en el caso de la entidad amarilla). Villarreal, Soneja, San Lorenzo, Vall de Uxó, Castellón, Onda y Burriana disponen de cantera.