Están los jugadores en el campo, entrenándose de manera individual bajo unas estrictas condiciones sanitarias para evitar el coronavirus, mientras Javier Tebas, el presidente de la Liga de Fútbol Profesional (LFP), acelera al máximo para que el fútbol vuelva en junio. Si es el 12 mejor que el 19 o el 26. Es una necesidad económica porque se está viviendo una situación tenebrosamente desconocida debido a la pandemia, que obligará a realizar ajustes de todo tipo para garantizar la supervivencia. Si vuelve la Liga a puerta cerrada, las pérdidas serán de «300 millones de euros», recalca el dirigente de la patronal futbolística. «Si no se vuelve a jugar, serían de 1.000 millones», dice.

DESGLOSE / Pérdidas que vendrían por taquillaje, patrocinios y abonos, augurando un futuro catastrófico si no se sostiene, al menos, la pata televisiva del negocio, aunque sea a puerta cerrada. Por eso, los clubs trabajan desesperadamente, como sostuvo Tebas en una conferencia virtual iberoamericana de derecho deportivo, «en intentar disminuir la pandemia económica que va a venir». No solo piensan en el presente inmediato, sino que están elaborando los presupuestos del curso 2021/22 marcado inevitablemente por el coronavirus. Y quién sabe si la 2022/23. Serán, como dice Tebas, «las temporadas del covid-19». Unos ejercicios llenos de ajustes económicos porque, como recordaba el presidente de la LFP, «no ha cogido a los clubs con la hucha llena». Ni mucho menos. Por eso, han tenido que acometer expedientes de regulación temporal de empresas (ERTE) para minimizar inicialmente el impacto. Pero las secuelas del virus tardarán mucho tiempo en desaparecer.

La primera, y más compleja decisión, es rebajar la masa salarial de las plantillas, al menos en un 20 ó 25%. «No queda otro remedio, se van a tener que reducir salarios», apunta Tebas.

La Biblia de Tebas para el fútbol pospandemia, que cifra en 600 millones de euros las pérdidas si se sigue a puerta cerrada hasta diciembre, está ya claramente definida. Ese libro blanco tiene varias líneas básicas. Bajar salarios es lo primero, luego, según el dirigente, «tocará mirar muchísimo más el fútbol base» porque no habrá traspasos importantes. El fútbol, como es lógico, se ha empobrecido. «El mercado va a estar profundamente afectado», dijo recordando que la Liga «tuvo el año pasado un saldo neto de 350 millones», concluye.