Cada vez que al Villarreal se le aclara el panorama de la enfermería sucede algo que borra esa sonrisa efímera de alivio. El caso de Mateo Musacchio es otra conspiración contra la cordura. Mientras las figuras se escaqueaban de sus compromisos, a Marcelino le tomaban prestado un jugador en vías de recuperación y se lo devolvían cojo; ahora, a reclamar al maestro armero.

En su día, la UEFA se empeñó en recomendar a sus federaciones miembro la reducción de equipos en sus ligas porque los jugadores llegaban cansados a los grandes eventos de selecciones. Ahora Infantino propone mundiales de 40 equipos. Aquí lo único que interesa es que el dinero corra a borbotones; los que manejan el cotarro viven con una calculadora en la mano, su religión es el poder y su verdadero dios, el dólar.

El fútbol es un mero instrumento para acceder y perpetuarse en el cargo protegidos por leyes leoninas; se la trae al pairo la salud de los jugadores y el perjuicio que se causa a unos clubs obligados a ser la fulana y, además, poner la cama; o lo tomas, o lo dejas.

Al final, los de liga serán los partidos que se jueguen cuando las selecciones dejen alguna fecha libre. Curioso. H