La Cerámica vivirá este domingo una emotiva tarde de despedidas. El partido contra el Eibar se sitúa en un discreto segundo plano, pese a que el Villarreal se juega ser quinto y la consiguiente recompensa económica que supone un plus de ocho millones en derechos televisivos. Bruno Soriano y Santi Cazorla, dos leyendas del club groguet, como así las calificaba la entidad en un emotivo vídeo, vestirán por última vez la camiseta amarilla. El de Artana se retira del fútbol y el Mago asturiano se marcha a la Liga catarí para jugar a las órdenes de Xavi Hernández. La gran pena es que la afición amarilla no les podrá despedir con una ovación de época al disputarse el partido a puerta cerrada.

El tercer adiós podría ser el de Javi Calleja, otro hombre muy importante en la historia del Villarreal, tanto en su etapa como jugador, como en la última como técnico. El club ha mantenido negociaciones con Unai Emery para ser el entrenador del próximo proyecto, conversaciones que comenzaron antes de la suspensión de LaLiga por la pandemia tras las tres derrotas consecutivas que sufrió el equipo, la más dolorosa frente al Leganés en casa. El hermetismo oficial es absoluto, pero el Villarreal podría haber alcanzado un preacuerdo con el técnico vasco con una cláusula bilateral de rescisión, con cifras muy importantes, en caso de que alguna de las dos partes incumpliera el compromiso. Y en ese tiempo, el equipo iba ganando partido tras partido y recortando las distancias que le separaban con la zona europea.

Hasta tal punto, que mañana por la tarde con un solo punto podría asegurar -incluso perdiendo— la quinta posición, lo que redondearía una temporada magnífica del Submarino. Calleja tiene contrato en vigor, pero en el mismo figura una cláusula liberatoria para el club amarillo tras el pago de una cantidad muy inferior, en este caso, a la que tiene Unai Emery. La rescisión de Calleja, que ha acabado cumpliendo con todos los objetivos del club, no llega a los 300.000 euros.

El gran dilema moral del presidente no es otro que tener que rescindir a un entrenador de club como el que tiene ahora mismo, que conoce la filosofía de la entidad y cuyo comportamiento ha sido intachable en su periplo. Incluso, aceptó tomar las riendas del equipo sin firmar un nuevo contrato, aceptando las cantidades pactadas tras su rescisión para contratar a Luis García Plaza. Es incuestionable en este contexto, que Unai Emery es un técnico de una categoría contrastada y con un currículo impresionante. Sin duda, un entrenador de gran nivel para el Villarreal.

Calleja reconocía en rueda de prensa que ya llevaba trabajando en la planificación del próximo proyecto y cuando se le preguntó por Emery, fue rotundo: “Sobre mi futuro no soy yo quien debe hablar. Yo voy a seguir aquí hasta que corresponda”. “En cuanto a la temporada que viene ya he dado mi punto de vista de lo que opino de la plantilla y cuál es mi idea”, dijo.

El Villarreal tiene ahora dos entrenadores preparados para dirigir su nuevo proyecto. Todo está encaminado a que sea Unai Emery el nuevo responsable técnico. Solo un nuevo golpe de timón del presidente puede cambiar la situación. Una difícil papeleta en lo personal. Unai es un gran entrenador; Calleja el hombre fiel que ha acabado quinto la temporada.

La Cerámica vivirá una tarde especial, dos leyendas dejan el club, pero también podría ser la despedida de un hombre muy querido por tardes, que siempre ha sido un caballero y cuyo sentimiento por el Villarreal es incuestionable.