Gareth Bale abandonará el Real Madrid tras seis temporadas en el club y la opción que se antoja más cercana es que el delantero acabe recalando en China, aunque no hay un acuerdo cerrado todavía, por lo que sigue entrenando con normalidad junto a sus compañeros en EEUU.

El futuro del galés ha estado en entredicho durante todo el verano, pero el pasado domingo la situación dio un vuelco. El futbolista estaba dispuesto a quedarse, pero comprobó de primera mano que el francés Zinedine Zidane se mostraba firme en su intención de no contar con él.

El galés vio desde la grada el partido frente al Bayern de Múnich y, tras este, el preparador galo fue tajante. «No es nada personal. No sé si en 24 o en 48 horas la situación va a cambiar y es bueno para todos. El club está negociando con quién tiene que ir a jugar. Si Bale se va mañana, será mejor para todos», dijo Zidane.

El futuro de Bale parece estar cerca de recalar en el fútbol chino, que tendrá que cumplir sus altas pretensiones económicas, que precisamente no parecen alcanzar ningún club europeo.

El último indicio ha sido que uno de los clubs asiáticos interesados, el Jiangsu Suning de Nankín, sigue desde ayer al galés en su cuenta oficial de Instagram, un dato cuanto menos curioso.