Me gustaría saber que estará pensando ahora Joan Barreda. No lo sé, pero me lo imagino. Creo que se estará repitiendo una y otra vez por qué tiene tanta mala suerte cuando afronta el Dakar. Era al máximo favorito para hacerse con el triunfo final, sobre todo tras la retirada definitiva de Marc Coma, pero su Honda no ha aguantado ni una semana en carrera. El pasado viernes se rompió el motor, algo inexplicable porque hasta la fecha los únicos problemas que habían tenido eran eléctricos, pero el motor nunca había fallado esta temporada.

Y si las cosas todavía podían ir peor, el sábado no pudo tomar la salida por una lesión en la muñeca mientras fue remolcado por su compañero Paolo Ceci. Su intención era continuar para intentar algún triunfo de etapa y ayudar a su otro compañero, el portugués Paulo Gonçalves a conquistar el título.

La decepción en Barreda, con la ambición que ha demostrado desde que se subió por primera vez en un moto, no me cabe ninguna duda de que será elevada, pero el torreblanquino es un piloto que nunca se rinde y estoy convencido de que ya está pensando en la próximo edición para volver a tener la oportunidad de luchar por el título.

Será muy complicado para él vivir este final de Dakar por la televisión, sin poder ser protagonista en las etapas que restan. Ahora deberá conformarse con esto, pero en menos de un año estará otra vez en la salida con el único propósito de acabar con el gafe que le persigue y subir a lo más alto del podio. H