A Javier Calleja no se le ha dado mal el Real Madrid desde que es entrenador de Primera División. El groguet mantiene unas estadísticas ante el próximo rival que muchos quisieran. Con él en el banquillo, el Submarino protagonizó el Bernabeuazo, su primera victoria en el feudo blanco, el 0-1 en la Liga 2017/2018. Esa misma temporada su Villarreal fue capaz de levantar un 0-2 adverso en La Cerámica (2-2) y la pasada Liga, en su segunda visita a Chamartín, hizo sudar hasta el último instante a los de Zidane (3-2).

Mañana, Calleja buscará dar otro paso más y ganarle por primera vez al Madrid en el estadio groguet con su presencia en el banquillo de La Cerámica. El madrileño sabe como hacer daño a sus paisanos y trazar las líneas maestras de una victoria que daría una buenas dosis de tranquilidad antes del parón, al que el Submarino no quiere llegar asomándose a la zona de descenso. «Ganar al Madrid nos quitaría un peso de encima. Sería una victoria muy importante a nivel mental», recalca el técnico amarillo, que espera que, por fin, las buenas sensaciones que por momentos está dejando su nuevo proyecto sobre el césped —está reciente el espejo de la primera parte ante el Levante, la pasada semana— se reflejen en puntos.

La fórmula para hacer el mayor daño posible a un Madrid con problemas de bajas —no estarán James, Isco o, muy posiblemente, Hazard, «aunque después ves los que salen por ellos y entonces te das cuentas del potencial que tienen», aclara Calleja— pasa por el balón. «Es como mejor podemos defender al Madrid. Así lo hicimos contra el Levante y pudimos tener mucho dominio», vuelve a echar la vista atrás el míster groguet para subrayar que lo único que falló hace ocho días en el Ciutat fue «el resultado». «El equipo me gustó mucho y en función a ese equipo plantearemos el partido ante el Madrid», dice Calleja, que no haría ascos a repetir el once de la pasada semana, quizá con algunos retoques si entra Rubén Peña o, finalmente, el técnico se decanta por el desequilibrio de Ontiveros en la línea de mediapuntas.

El calentón por el arbitraje en el Ciutat «está olvidado» y Calleja aboga por aparcar suspicacias por la designación de Gil Manzano, el colegiado que pitó —desde el VAR— los dos penaltis de la última derrota: «Le deseamos suerte; intentaremos ponérselo fácil».