Una lección de vida. Esa es la conclusión que extraen los jugadores del Villarreal C cada vez que visitan las instalaciones de Aspropace Castellón. La manera en que los usuarios del centro miran a sus ojos, agradeciendo el mero hecho de pasar un rato con ellos, es una sensación única para los jóvenes futbolistas de la base amarilla.

De hecho, los integrantes del segundo filial groguet apadrinan a Aspropace dentro del programa Endavant Igualtat, en el que cada equipo de la cantera del Submarino tiene la responsabilidad de tutorizar un centro especial de la provincia con el objetivo de ayudar a los miembros de estas organizaciones en sus actividades rutinarias y forjar una amistad que, en muchos casos, permanece a lo largo de los años, incluso cuando los futbolistas finalizan su vínculo con la entidad amarilla.

De hecho, la idea surgió en el seno del departamento de Psicología y Metodología del Villarreal para contribuir al desarrollo personal de los afectados por estas lesiones y para hacer un paréntesis en el día a día de los futbolistas, quienes, en la mayoría de ocasiones, llevan al extremo situaciones prácticamente insignificantes en comparación con los grandes problemas que hay en la vida cotidiana.

Es en este intercambio de valores, entre afectados y deportistas, cuando estas jóvenes promesas del Villarreal se dan cuenta de la delicada situación por la que atraviesan muchos de sus nuevos amigos.

El viaje por el interior de Aspropace refleja las increíbles historias que hay detrás de cada caso. Las limitaciones de cada afectado son distintas y se deben a una lesión en el cerebro que surge antes de que esté completamente desarrollado. Se trata de un daño irreversible y que perdura en el tiempo, pero que no progresa con el paso del mismo, por lo que la actitud de estos ante la vida y la capacidad para sobreponerse a la lesión es la clave para hacer más llevadero su día a día.

El origen de este conjunto de malformaciones --que no enfermedad-- suele ocurrir durante la gestación, el parto o los tres primeros años de vida, y los damnificados sufren una limitación en la parte del cerebro que controlan los movimientos musculares.

40 años de Aspropace

Con el objetivo de ser una ayuda para estas personas y mejorar su calidad de vida, nació la Fundación Aspropace en 1979. Desde entonces, son su segunda familia y los principales responsables de que puedan llevar una rutina más divertida y feliz.

Entre las actividades que realizan, destaca la hidroterapia, la fisioterapia, la comunicación y la logopedia. También la boccia. Este juego, diseñado para personas con diversidad funcional e inspirado en el juego de origen italiano bocce o bochas, fue aceptado oficialmente como deporte paralímpico en 1984.

Simbiosis

Es uno de los pasatiempos más demandados por los usuarios de la Fundación y la actividad que más disfrutan cuando acuden a visitarlos los jugadores del Villarreal C, ya que forman equipo con ellos y retan a sus compañeros del centro. Sin duda, algo para el recuerdo.