Florentino Pérez no lo confirma por ningún canal, pero todo lleva a pensar que está más que arrepentido no haberse sentado a negociar con el Manchester United el verano pasado para tratar el traspaso de Gareth Bale, a quien José Mourinho está seguro de poder sacar todo el partido que no han podido sacarle en el equipo blanco en los cuatro años largos que lleva en él. El club de Old Trafford estaba dispuesto a poner sobre la mesa más de 100 millones de euros y volverá a la carga en este mercado de invierno con una cifra parecida, siempre que los músculos de Gareth no le vuelvan a jugar una mala pasada de aquí a enero.

La postura oficial del Madrid sigue siendo que no hay posibilidad de escuchar ofertas, aunque fuentes de la entidad apuntan a que el jugador, con contrato hasta el 2022, presiona para que le abran las puertas con el fin de volver al fútbol inglés.

Problema psicológico

En Inglaterra piensan que el problema de Bale es más psicológico que físico, de inadaptación al club blanco y al estilo de vida español, y que su vuelta a las islas supondría un cambio muy positivo para él y el relanzamiento de su carrera, salpicada, por otro lado, por continuos contratiempos en su entorno familiar. El penúltimo, la muerte de su cuñado en Cardiff el pasado 8 de noviembre.

Bale empalma para marcar en su último partido disputado, contra el Dortmundo el 26 de septiembre / MARTIN ROSE (GETTY)

Le quiere el United y también al parecer el Chelsea, que tampoco se deja intimidar por el hecho de que la veintena de lesiones del jugador galés le hayan llevado a perderse nada menos que el 55% de los partidos desde su llegada el 2 de septiembre del 2013. En lo que va de temporada ya se ha perdido 11 desde su lesión en Dortmund el pasado 26 de septiembre y no ha disputado más que 719 minutos. Eso después de haber estado fuera de combate los últimos dos meses y medio de la temporada pasada por lesiones en los sóleos izquierdo y derecho tras haberse operado del tobillo derecho en noviembre del 2016 y no haber vuelto hasta el 18 de febrero.

Guiño de Hazard

El interés del Chelsea, además, podría allanar el camino para la llegada al Madrid de Eden Hazard, uno de los grandes deseos de Zinedine Zidane. El centrocampista belga, con contrato hasta el 2020 y 26 años, volvió a hacer un guiño al técnico francés hace unos días. «Todos conocen el respeto que tengo por Zidane como jugador, pero también como entrenador. Era mí ídolo. No sé que sucederá en mi carrera en el futuro, pero sería un sueño jugar para Zidane», declaró en la RTL. El técnico, que ya recomendó ficharle del Lille cuando tenía 19 años, y Florentino Pérez habrán tomado buena nota.

Lo que tiene claro el entrenador madridista es que no necesita a Bale para ganar Ligas y Copas de Europa, como quedó patente el curso pasado. Nunca lo va a manifestar en público ni probablemente en privado, sino todo lo contrario. «Ya sabemos lo que aporta Gareth. Es muy fuerte, potente, técnicamente muy bueno. Trabaja mucho, ha hecho grandes partidos en este club. Es verdad que se habla mucho de que está lesionado a menudo, que juega tres partidos y uno no, pero es muy importante para nosotros. Él lo sabe, yo lo sé y todo el mundo lo sabe», ha dicho Zidane, sin desvelar si tendría opciones de reaparecer contra el Málaga: «No sé cuándo va a jugar. Se ha entrenado con nosotros, está bien físicamente y sin molestias». Horas más tarde ha decidido no incluirle en la convocatoria, lo mismo que a Sergio Ramos.

Cosas negativas

Ha vuelto después sobre el tema para decir que Bale puede aportar al Madrid «su fuerza, es muy bueno, rápido, centra bien y trabaja mucho. Nos puede aportar muchas cosas». Justo antes de deslizar que los problemas de Bale van algo más de lo estrictamente muscular: «Lo importante para todos y para él anímicamente es que esté con nosotros y que empiece a jugar. Eso le puede quitar las cosas negativas que tiene a su alrededor». Justo antes del derbi contra el Atlético había asegurado que el problema del galés no es psicológico.