Empresario madrileño de 52 años, con cargos en más de 20 firmas, que desembarcó en un Albacete que tenía un agujero de 18 millones y al que vendió el pasado verano por más de 10 millones, José Miguel Garrido se convertirá en unas semanas, de forma oficial, en el nuevo máximo accionista del CD Castellón, gracias a la inyección de 1,1 millones de euros que, con la aportación de Capital Albinegro (o sea: Vicente Montesinos, Pablo Hernández y Àngel Dealbert), acabará con la historia y sangrante deuda con la Agencia Tributaria.

En declaraciones a Mediterráneo, asegura que no le gusta estar bajo el foco y que, de hecho, su entrada en el club no cambiará las cosas: «Me ratifico, punto por punto, en lo que Montesinos ha explicado a la afición del Castellón durante estos días de la operación, no ha faltado a la verdad», indica. «Yo vivo en Londres y no voy a tener presencia en el día a día del club», matiza antes de apuntar: «No hubiésemos entrado de no ser por la gestión de Montesinos, Pablo, Dealbert, Bruixola y todo su equipo. Tomaremos la decisiones de forma compartida, pero el club continuará como está», define. «Han hecho un trabajo excepcional», corrobora. «Hemos visto la documentación y todo nos parece correcto», agrega a continuación.

LA APUESTA

Garrido, en los últimos meses, no ha parado, junto al resto de inversores que representa, en intentar desembarcar en otro club del fútbol español. Estuvieron cerca del Córdoba (lucha por quedarse en Segunda A) y el Elche (pelea por abandonar la Segunda B) aunque, sorprendentemente, han terminado en el Castellón, a pesar de que milita en Tercera División.

«Miramos una serie de requisitos y el Castellón los cumple, porque es un club histórico, con instalaciones superiores a la categoría en la que está, capital de provincia, tiene una ciudad volcada con casi 13.000 abonados...», enumera. «Es un proyecto con mucho potencial», incide.

PRUDENCIA

El empresario madrileño, que estuvo cuatro años en el Albacete, también recaló en el Carlos Belmonte en medio del escepticismo. El albinegrismo también lo recibe con prudencia, sobre todo porque es sabedor de que el nombre de Garrido aparece en los famosos papeles de Panamá. Preguntado a este respecto, Garrido asegura que «el aficionado del Castellón no tiene que estar preocupado» por sus «asuntos personales». «Somos inversores serios y de largo recorrido. Nuestra credibilidad es que venimos con 1,1 millones de euros», subraya. «No sé nos puede comparar con el señor Cruz y los demás porque nosotros vamos a liquidar la deuda con Hacienda, que han generado otros, en el minuto 1, así que, repito, solamente se nos puede juzgar por esto».

Garrido insiste en que «el club seguirá como está, pero será más fuerte, tendrá más medios para que pueda lograr sus objetivos». Aunque en una entrevista a un medio de comunicación digital de Albacete asegura que devolverá al Castellón al fútbol profesional en tres o cuatro años, es más juicioso en Mediterráneo. «No me gusta hablar de plazos, pero sí puedo asegurar que no vamos a parar hasta conseguirlo», comenta, al tanto de la exitosa trayectoria de los hombres entrenados por Sergi Escobar.