José Miguel Garrido ha paralizado su proyecto deportivo para el CD Castellón. El máximo accionista de la SAD tenía varias operaciones de contratación de futbolistas cara a la próxima temporada prácticamente cerradas, pero la posibilidad de que Vicente Montesinos pudiera hacer frente al dinero que ha invertido en el club y tomar el control en solitario del club, ha frenado su plan de trabajo inmediato.

Garrido insiste en que solamente dejará el proyecto del Castellón si es Montesinos quien presenta una oferta de compra. El precio, que ya es conocido por el actual presidente, es de 2,3 millones de euros en un pago único. Ambas partes se han concedido un plazo prudencial de un par de semanas de espera, que no se dilatará mucho más allá para no perjudicar la planificación de la futura plantilla, en un principio dirigida por Óscar Cano, que renovó hace unos meses, cuando el futuro del equipo en Segunda B no estaba ni mucho menos claro, por dos campañas más. Una plantilla que también vive estos días con incertidumbre, incluso aquellos jugadores con contrato.

Montesinos parece dispuesto a dar un paso al frente y así se lo ha comunicado a Garrido. Las relaciones entre ambas son cordiales en lo personal, aunque muy distantes en cuanto a los criterios en la gestión del Castellón, lo cual ya desencadenó la marcha -tras emitir un comunicado— tanto de Àngel Dealbert como de Pablo Hernández. No se puede hablar de negociaciones, porque cuando la posición es tan firme como la del empresario madrileño afincado en Londres, no ha lugar a otra cuestión que no sea desembolsar el montante económico solicitado. Además, con el añadido de que Garrido no está dispuesto a escuchar ninguna propuesta de compra, a pesar de que han sido varios los grupos que han llamado a su puerta. Sigue firme y fiel a la idea de solo tender la mano a Montesinos, aunque percibiendo el dinero que ha puesto durante el tiempo desde que asumió la gestión que ha ejercido desde hace algo más de 12 meses.

INTENCIONES VERBALIZADAS // Montesinos ha manifestado a Garrido su intención de dar un paso adelante, de ahí que le ha pedido un tiempo para hacer frente a sus exigencias en una operación económica que no solo conlleva la adquisición del paquete accionarial del que todavía es su socio, sino la asunción de la responsabilidad de la futura gestión del club, que generará déficit mientras milite en Segunda B, más la deuda concursal estimada en unos 3 millones de euros y cuyos pagos empezarán en los próximos meses con amortizaciones mensuales de alrededor de 120.000 euros. Además de hacer frente a un elevado presupuesto en la categoría, derivado de la puesta e marcha de un proyecto deportivo de calado (esta temporada, por ejemplo, el presupuesto se ha ido a los 2,7 millones, con un déficit estimado de unos 800.000 euros).

EL MOMENTO DE LA VERDAD // Y en esa situación de impasse se halla ahora el Castellón. Garrido se siente fuera porque su socio le ha manifestado que quiere comprarle sus acciones… pero espera el desenlace final vía el pago de los 2,3 millones. Montesinos, que quiere devolver al club su genética de Castellón, no quiere dar un paso en falso y pretende tenerlo todo bien atado.

Pase lo que pase, el Castellón continuará adelante con un proyecto u otro. Garrido seguirá con su plan, si no se concretará la intención de Montesinos. Garrido, sí, Montesinos, no; Montesinos sí, Garrido no… La margarita albinegra solamente tiene dos hojas, aunque para saber cuál quedará al final, hay que esperar todavía unos cuantos días más.