El último amistoso de la Roja antes de viajar a Francia para defender la corona europea fue una calamidad. Perder ante Georgia (0-1) solo puede catalogarse de ridículo. La número 6 del mundo, sufrió un gatillazo de libro ante una selección ubicada en el puesto 137 del ránking FIFA, entre Tanzania y Azerbaiyán. No hace falta decir más.

Pocas conclusiones positivas pueden extraerse de un amistoso en el que todas las estadísticas beneficiaron a España, menos la más importante, la de goles. La Roja llegó 26 veces al área, mientras su rival solo se acercó una vez con peligro. Le bastó. En un contragolpe originado en un error de Alba en el pase (m. 40), Okriashvili acabó batiendo a De Gea, que parece destinado a ser titular por delante de Casillas.

Mucha posesión tuvo España pero poco disparó a puerta (solo cuatro veces), el principal problema que se vislumbra para la Eurocopa. Del Bosque utilizó el 4-1-4-1 con la la defensa que se presume titular, Busquets por delante, Cesc y Thiago de interiores y unas bandas con Lucas y Nolito. Aduriz actuó como referencia ofensiva.

Del Bosque introdujo cambios para evitar la catástrofe, pero solo Iniesta aportó algo más de lo que había. Sin velocidad ni motivación, Nolito (m. 63) y Alba (m. 69) protagonizaron los últimos acercamientos. Ni siquiera los siete minutos que añadió el árbitro sirvieron para evitar el ridículo. H