El Villarreal CF dispuso de ocasiones de todos los colores para sentenciar sin tanto sufrimiento su pase a la tercera eliminatoria de la Copa del Rey, pero tuvo que esperar hasta el minuto 117 para no protagonizar una de esas sorpresas para las que se diseñó este formato a partido único. No merecieron sufrir tanto los groguets, pero se toparon con una de esas estrellas fugaces que ilumina el torneo del KO. Aitor Arias, portero del Orihuela, estuvo cerca de convertirse en el jugador mediático de la competición. Solo Gerard Moreno truncó el sueño al lograr el 1-2 casi en el últimos suspiro. El Submarino sufrió, más por su errática puntería que por otra cosa, pero sigue adelante y en buena racha de resultados.

Un once para evitar sorpresas. El Villarreal se puso un traje de Primera para medirse al colista del grupo III de Segunda B, que todavía no conoce la victoria en su estadio. El discurso de tomárselo en serio no es simple palabrería ni la perorata tópica de cualquier duelo de este torneo en sus rondas iniciales. Calleja no alineó a ningún jugador del filial y armó un equipo que bien podría ser titular en LaLiga.

Tomarse las cosas en serio es el primer paso para no conceder ventajas y evitar un tropiezo de esos que suelen ser habituales en este nuevo formato. El Orihuela jugó a lo que se esperaba. Líneas juntas, repliegue intensivo y cerrar espacios para tapar los pases interiores de Cazorla. Ni mucho menos lo tuvo fácil el equipo de Calleja, que tuvo el balón pero le costó muchísimo buscar la grieta. Era la cuestión de siempre en este tipo de encuentros: lo difícil era abrir la lata. Ya le costó ante el Comillas más de media hora y en Los Arcos iban pasando los minutos y no llegaba el gol.

El Villarreal estuvo obcecado en meterse con el balón hasta la línea de meta. Además, también se cumplió uno de los hitos habituales en estas eliminatorias entre conjuntos con una diferencia de categorías estimable. Aitor Arias lo paraba todo. A la media hora, cómo no Cazorla, dibujaba una genial asistencia para Bacca y el disparo a quemarropa del colombiano se estrelló en el cuerpo del guardameta oriolano.

La gran virtud de los amarillos era la paciencia a falta de desborde en el uno contra uno y más claridad para penetrar en dura coraza que tejió el Orihuela. Mientras los locales tuvieran fuelle físico, al Submarino le iba a costar mucho superar sus líneas. Además, los amarillos cocinaban demasiado su fútbol a fuego lento.

La segunda y más clara oportunidad para derribar el muro llegó por partida doble, con un remate de cabeza del Mago que salvó Aitor y el remate posterior de Ontiveros que sacó un defensa escorpión de debajo de los palos.

NO SE MUEVE EL MARCADOR // El Orihuela mantenía intactas sus esperanzas al alcanzar el descanso con el 0-0, pero lo más importante es que había logrado que un once repleto de futbolistas súper profesionales e internacionales no estuviera cómodo y se viera obligado a emplearse a fondo y, sobre todo, mostrarse vigilante para evitar un susto en cualquier acción aislada.

El Villarreal había mostrado buena actitud y espíritu competitivo, pero también poco punch en ataque y muy poco desequilibrio, puesto que ni Chukwueze ni Ontiveros lograron superar a sus pares en una noche tan fría como apática de buen fútbol.

Calleja sacó en la segunda parte a uno de sus pesos pesados: Gerard Moreno. El Orihuela se descosió un poco y empezó a dejar grietas, pero también se estiraba más. El molde inicial se había roto y la eliminatoria se abría. El Villarreal llegaba con mas fluidez... pero su rival también. El juego anodino del primer tiempo pasaba a alimentar el plus que siempre ofrece la incertidumbre y la heroica de este formato. Solano tuvo el gol de su vida y la opción de poner en jaque a un primera con un presupuesto millonario como el del Submarino, pero erró con toda la portería para él.

Mas artillería con la salida de Moi Gómez. El Villarreal se soltó y llegaba más al área, pero estaba errático en la definición. Cazorla se lo dejó en bandeja nuevamente a Bacca, quien dibujó perfectamente los movimientos y un buen tiro que parecía destinado a ser gol, pero Aitor volvió a vestirse de Supermán y aplazó el 0-1.

Con los groguets volcados en ataque, la clave era mantener la compostura y no bajar la guardia atrás, pero este equipo ha tomado buena nota de sus veleidades defensivas del pasado y no se dejó sorprender. Era cuestión de paciencia e inteligencia, además de continuar llegando y esperando un despiste del Orihuela. Y la lata acabó cediendo. Moi Gómez hizo la primera hendidura y Gerard acabó destapando la blindada caja fuerte alicantina (0-1).

DE REPENTE, EL SUSTO // Faltaba más de un cuarto de hora, pero lo más difícil estaba hecho. Ahora era cuestión de mantener el balón y no precipitarse. Pero, en una desatención defensiva, justo tras una pérdida de balón en la medular, Pitu volvió a sacarle los colores a Mario y su incursión encontró un agujero en el eje de la zaga, donde Brian rescató el espíritu copero y la heroica se apuntaba a una romántica gesta del Orihuela que se metía de lleno en la eliminatoria en el 82’.

Hasta Calleja tuvo que cambiar de planes y varió una sustitución que ya había ordenado (Ramiro Guerra) para dar entrada a Iborra. Plan de emergencia ante el imprevisto 1-1, que encaminaba el cara a cara a la prórroga. Cazorla intentó evitar el trance de 30 minutos más, pero su envenenado tiro se estrelló en el palo. El Orihuela ya había cumplido.

El gran reto era derrocar el trono de Aitor, el ángel de la guarda de su equipo y la verdadera pesadilla de los jugadores del Villarreal. La prorróga fue un ataque-gol constante de los visitantes. Bacca y Cazorla volvieron a alimentar la leyenda gigantesca de uno de esos futbolistas que encuentran en la Copa su noche mágica con sendas oportunidades casi mas difíciles de fallar que de acertar. La sombra del milagro oriolano duró hasta el 117, cuando Gerard, con la colaboración de un defensa rival, consiguió superar a Aitor.

Esta Copa esta diseñada para que los modestos puedan dar la sorpresa, pero también para que equipos como el Villarreal sepan sufrir para mantener su sueño de ganar un título. Un buen test para el Submarino y objetivo cumplido. El bombo de los dieciseisavos espera el martes.