La leyenda negra de Gil Manzano con el Villarreal vivió el pasado domingo su último capítulo y, quizás, el más evidente de la tendencia a los errores del colegiado extremeño cuando es el encargado del videoarbitraje en partidos del conjunto amarillo, siempre en contra de los intereses del Submarino. Esta circunstancia ha provocado la enérgica reacción de indignación del club que preside Fernando Roig, que tiene previsto remitir una carta de protesta al presidente del Comité Técnico de Árbitros (CTA) de la RFEF, Velasco Carballo, para que, al menos, se den las explicaciones pertinentes a la concatenación de decisiones controvertidas desde el campo (Medié Jiménez) y desde la sala del VAR.
Desde que Roig afeara públicamente a Jesús Gil Manzano tras un Villarreal-Real Madrid en febrero del 2017 (2-3) en La Cerámica —el árbitro salió del campo con una bolsa de obsequios del club blanco tras pitar un penalti a Bruno por unas manos involuntarias y obviar otro del madridista Marcelo, además de expulsar a Fran Escribá— la polémica ha perseguido los cruces entre el colegiado extremeño y el equipo amarillo. «Siempre que nos ha pitado en las jugadas polémicas ha decidido a favor de un color que no es el amarillo», lamentaba el pasado domingo Javier Calleja, sin morderse la lengua.
La lista de errores
Del controvertido encuentro en San Mamés el Villarreal reclama hasta cuatro errores graves cometidos entre Medié Jiménez y, sobre todo, Gil Manzano, que es el que tenía la herramienta de las repeticiones e imágenes específicas para corregir las decisiones equivocadas del árbitro que estaba sobre el césped. La entrada de roja directa de Ander Capa sobre la rodilla derecha de Santi Cazorla empezó a alterar a un Villarreal perjudicado después por las increíbles manos señaladas a Pau Francisco Torres, cuando el defensor amarillo las escondió en la espalda en todo momento para evitar lo que, finalmente, sucedió. En la lista de agravios del club amarillo también se encuentra otra jugada polémica, las más que dudosas manos de Albiol, aunque en este caso no hubo que pagar factura en el marcador gracias al acierto de Sergio Asenjo adivinando el lanzamiento de Iñaki Williams.
El colmo de los despropósitos de los jueces del Athletic-Villarreal llegó casi al final, con los amarillos intentando evitar la derrota ante un rival directo por las plazas europeas de LaLiga. El claro y meridiano penalti de Unai Núñez sobre Paco Alcácer acabó por llenar el vaso de la indignación en la entidad amarilla, que se marchó de La Catedral con la firme intención de hacerse oír ante el estamento arbitral.
Ayer, la entidad amarilla trabajaba en la confección de la carta que tiene previsto remitir al Comité Técnico de Árbitros, visiblemente molesta con la actitud de Gil Manzano no solo ayer, sino en lo que llevamos de temporada.
La reincidencia
Porque el desastroso arbitraje del Athletic-Villarreal podría achacarse a una mala tarde de Gil Manzano desde la sala VOR de no ser por las reincidencias del trencilla extremeño en esta primera campaña en la que funciona el videoarbitraje en las competiciones oficiales del fútbol español. En agosto, en la segunda jornada de Liga, Gil Manzano se llevó todo el protagonismo en la remontada del Levante ante el Villarreal (2-1) en el Ciutat de València, donde desquició a los de Calleja por completo. Primero paró el partido para advertir de un penalti ridículo de Toko Ekambi. Lo paró Andrés Fernández y el árbitro de campo lo ordenó repetir a instancias de Gil Manzano, que advirtió que el guardameta del Submarino se adelantó por escasos milímetros. Posteriormente, esa rigurosidad desde los 11 metros pasó a la historia. Tres meses después el propio Gil Manzano dio por válida una acción mucho más evidente en el Valencia-Villarreal de Mestalla (2-1), cuando Cillessen paró una pena máxima a Gerard Moreno tras avanzarse de forma evidente al lanzamiento.
En resumen, tres encuentros de Liga del Villarreal con Gil Manzano en el VAR y tres derrotas polémicas de los de Javier Calleja con decisiones tan erróneas como decisivas del extremeño.
