Parecían condenados a no lograrlo nunca, pero el pasado 4 de junio, en su enésima oportunidad de tocar el cielo, los jugadores de Pablo Machín no fallaron y Girona celebró, al fin, el ascenso a Primera, donde aspiran a mantenerse. Después de quedarse a las puertas de subir de las formas más dramáticas imaginables tres veces en los últimos años, Pablo Machín y los suyos están a punto de afrontar un reto mayúsculo: la primera temporada del club en la élite del fútbol español, en sus 87 años de historia.

Respecto al pasado curso, solo ocho futbolistas tienen asegurada su continuidad. Son el portero Bono; los defensas Juanpe, Alcalá y Aday Benítez; y los centrocampistas Pere Pons, Àlex Granell, Borja García y Portu. Hasta el momento, son diez los jugadores que han aterrizado: los porteros Iraizoz y Suárez; los defensas Bernardo Espinosa, Planas y Pablo Maffeo; los centrocampistas Boulaya, Douglas Luiz y Aleix García; y los delanteros Stuani, Marlos y Olarenwaju Kayode. Estos últimos, como Maffeo, Douglas y Aleix, cedidos por el Manchester City, equipo con el que el Girona tiene un acuerdo.