Roberto Bautista ha superado los duros episodios que le ha deparado la vida en los últimos años a base de golpes de raqueta. El tenista de Benlloc, que en el último año y medio ha perdido a sus progenitores, dio una lección de entereza el domingo pasado al encarrilar la victoria de España en la Copa Davis apenas un día después de haber dicho adiós a su padre. El mundo del deporte se ha rendido a la capacidad de superación de un tenista que, pese a vivir esos duros momentos personales, ha seguido cosechando éxitos y alcanzando cotas que en otras situaciones parecían inalcanzables.

Tanto es así, que sus mejores resultados deportivos han llegado en sus peores momentos personales. Bautista, de 31 años, no explotó cuando era un niño sino que lo ha hecho en los últimos tiempos, alcanzando este mismo año el noveno puesto del ránking ATP, el mejor de su carrera.

Cabe recordar que en el 2016 su padre sufría un grave accidente que marcaba el día a día de la familia y, en mayo del 2018, su madre, Esther Agut, fallecía de forma repentina. Desde aquel fatídico 2016 hasta el día de hoy, el tenista castellonense ha sumado siete títulos ATP, fue semifinalista en Wimbledon y ha ido escalando posiciones en la clasificación hasta acceder al top-10.

SIETE TÍTULOS ATP / En el 2016 llegaron los títulos en Sofía y S-Hertogenbosch, y Bautista accedía por primera vez a una final de Masters 1.000, además de que participaba en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro (Brasil). En el 2017, el castellonense sumaba a su palmarés los triunfos en el ATP de Winston-Salem y de Chennai y, un año después, volvía a ganar en Dubái y Auckland.

Este año que está a punto de finalizar, Bautista ha añadido a su extensa lista de méritos las semifinales de Wimbledon, el título en Doha (su noveno título ATP), el haber sido primer reserva en la Copa de Maestros de Londres y el reciente triunfo en la novedosa Copa Davis en la Caja Mágica de la capital de España.

ENTREGA Y CONCENTRACIÓN / Y todo conseguido gracias a su capacidad de superación, de entrega y, sobre todo, de concentración ya que Bautista ha hecho del tenis su mejor refugio y, como él mismo dijo tras ganar la Copa Davis: «Mi padre me habría dado un tirón de orejas si me quedo en casa». De momento, estén donde estén, sus progenitores pueden estar bien orgullosos de lo que está consiguiendo su hijo, quien este mismo sábado vivirá otro merecido momento de felicidad en su boda con Ana Bodí.