Después de caer en el Camp Nou, el Atlético volvió a la Liga con el mismo ímpetu que antes de viajar a Barcelona. Avisado por las victorias del Madrid y el Valencia el día antes y lanzado por Griezmann, el equipo rojiblanco goleó al Celta y dejó claro que no tiene intención de descuidarse nuevamente en persecución del líder.

Una maravilla de Griezmann (en unos días donde se intuye su salida al Barça en verano) puso otra vez al Atlético rumbo al triunfo cuando su rival crecía. A un minuto del descanso, el francés pegó un puñetazo en la mesa con un gol de maestro para frenar en seco al conjunto de Unzué, que acababa de desaprovechar por medio de Aspas una oportunidad ideal para batir a Oblak tras una pifia de Godín.

El Principito desbrozó el camino antes del descanso y lo despejó más tras él cuando el Celta volvía a amenazar a Oblak. Hernández reclamó penalti por un toque de Lucas por detrás, Radoja remató al palo un gran pase de Emre desde la banda izquierda y apareció de nuevo Griezmann para habilitar con otro toque de clase a Vitolo, quien tuvo tiempo de controlar, levantar la cabeza y marcar por encima de Rubén. El primer tanto del canario en Liga con el Atlético no hizo que Simeone alterase sus planes. Le sustituyó por Correa dos minutos después y el argentino vio puerta en su primer remate. El único pero fue la lesión de Diego Costa, con problemas en el talón derecho.