Cruz no tiene excusa para no salir del CD Castellón y dejar el camino libre para que la gravísima situación del club se normalice. Un grupo empresarial, compuesto por gente notable y presencia en varios sectores económicos y también deportivos de la capital, con participación de algún inversor valenciano, negocia con el abogado de David Cruz la venta de sus derechos sobre el 70% de las acciones que obran en poder del actual presidente. Un grupo variopinto que ha contado en Javier Heredia la figura matriz para servir de aglutinador de sensibilidades y sentimientos para rescatar al club del peligro latente de desaparición en que se encuentra, además de la experiencia de Jordi Bruixola, que ya ejerció de director general albinegro en el tramo final de la pasada temporada.

DIVERSOS SECTORES // En el variopinto grupo inversor que quiere comprar el Castellón figuran empresarios del sector de servicios relacionadas con las nuevas tecnologías con vínculos en el sector cerámico, un conocido deportista de élite nacido en la capital de la Plana y alguna aportación económica proveniente de Valencia que llegaría con Bruixola.

La operación, que lleva gestándose con gran discreción desde hace varias semanas, cuenta con algunos obstáculos que la dificultan y sobre los que se sigue trabajando. El principal, los grandes problemas que sigue poniendo Cruz para marcharse del Castellón, a pesar de que se encuentra totalmente solo. No cuenta con nadie que le respalde. Ni las instituciones, ni la afición, ni jugadores, incluso ni con sus compañeros en el Consejo, que han ido abandonándole ante los grandes desvaríos evidenciados en su gestión, acumulando desatino tras desatino constantemente. Cruz se encuentra literalmente solo, enemistado con todos los sectores de la sociedad de Castellón. No obstante, el propio Cruz sabe que su etapa ha llegado al final y está en sintonía de negociar.

Y el segundo gran obstáculo es la difícil maraña legal que tiene ahora mismo la entidad albinegra. Las acciones legalmente, hasta hoy, pertenecen a Cruz, pero el 70% de su paquete accionarial se halla inmerso en una demanda de los anteriores propietarios por total incumplimiento de las condiciones pactadas de compra-venta. Más claro, no ha pagado ni un euro por la propiedad. Por tanto existe el riesgo de que un juez —aunque el proceso puede ser largo—, ordene la devolución de las acciones a Castellnou, lo que supone también emprender una negociación con el binomio Blasco-Osuna.

EL PRECIO DE CRUZ // El actual presidente sigue poniendo problemas, aunque en algunos círculos ha mostrado su intención de desprenderse de sus acciones si le abonan una cantidad entre 250.000 y 300.000 euros que el actual presidente dice haber puesto en estos cinco años al frente de la entidad y que ha incluido en el proceso concursal, aunque ha sido el primer presidente de la historia del Castellón en disponer de nómina y cargos de gastos a cuenta de la entidad.

El plan del grupo empresarial de Castellón contempla la inversión correspondiente para cumplir los plazos del proceso concursal en el que se halla la SAD y la recomposición de la estructura de club totalmente destrozada durante los cincos años del actual presidente al frente.

EL MEDIADOR // Javier Heredia, que ya colaboró para que el club gestionase la entrada de ingresos provenientes de China con la idea de la creación de una escuela en el país asiático, lleva conversando, junto con Bruixola y un empresario del grupo, desde hace semanas con José Cano Coloma, secretario del Consejo y abogado de Cruz. Incluso, ha expuesto su plan al Ayuntamiento, llevándoles la idea de invertir y recuperar el prestigio perdido por la nefasta gestión de Castellnou y de Cruz. La operación cuenta con el beneplácito de la alcaldesa Amparo Marco y sus socios.

De momento las pretensiones de Cruz son desorbitadas, pero el grupo mantiene su propósito de culminar las conversaciones positivamente para intentar salvar la delicada situación de la entidad, en peligro inminente de desaparición por los impagos con Hacienda y Seguridad Social de los plazos previstos en el concurso.

Este último aspecto pone en peligro la existencia de la entidad, acuciada, además, por diferentes problemas en todos los ámbitos. Incluso la idea era presentar a los nuevos propietarios en la junta general del próximo 28 de diciembre, pero todavía no existe acuerdo para hacerlo posible. Y es que David Cruz sigue poniendo trabas pese a que su situación actual es insostenible.