Acuciado el actual presidente por la deuda con Hacienda y el fantasma de la disolución de la entidad, la salida de David Cruz del CD Castellón podría situarse en la recta final. En los últimos días, un grupo empresarial de capital norteamericano ha mostrado su intención de presentar una oferta para hacerse con la mayoría accionarial de la entidad albinegra, ahora en litigio entre David Cruz y José Manuel García Osuna, que presentó una demanda por el impago de las acciones cedidas al actual gestor y que suponen el 70% del total del accionariado del CD Castellón. En la misma, Osuna solicita la devolución de los títulos, además de una indemnización económica.

Las negociaciones, que se han llevado a cabo en Madrid, cuentan con la intermediación del grupo castellonense Impala, que entraría a formar parte del nuevo organigrama de la entidad albinegra gestionando el fútbol base del CD Castellón. Los representantes del grupo empresarial norteamericano ya han protagonizado los primeros contactos con José Manuel García Osuna, que tiene el control del paquete de acciones de Manolo García (un 35% del total), antiguo socio de David Cruz y que se ha allanado a la demanda contra el actual presidente que interpuso en su día el exconsejero delegado del Castellón y uno de los miembros de la cúpula de Castellnou 2005.

Aunque las conversaciones están muy avanzadas —incluso la pasada semana las dos partes revisaron los documentos, listos para la firma, en una notaría de la capital de España— todavía hay que salvar algunos obstáculos para que el cambio de titularidad del CD Castellón se pueda hacer realidad. El principal, por supuesto, es David Cruz. Su determinación de permanecer al frente del club podría haberse debilitado en los últimos días ante el ultimátum de la Agencia Tributaria, que exige —una vez finalizada, la semana pasada, la moratoria concedida— que se retomen con urgencia los pagos (20.000 euros al mes) de la deuda que el club mantiene con Hacienda. Cruz, que también tiene otro complicado frente abierto con las deudas a los futbolistas de la plantilla, esta vez sí, podría estar dispuesto a renunciar a la propiedad del CD Castellón a cambio de una cantidad pactada con los nuevos dueños, una especie de finiquito por dejar un cargo por el que ha tenido un sueldo fijo desde su llegada a la entidad de Castalia.

AUDITORÍA PREVIA / El otro escollo que se debe clarificar antes de que el grupo norteamericano aborde de manera definitiva la compra del CD Castellón es la situación económica actual de una entidad en situación de concurso de acreedores y que en los dos últimos años podría haber acumulado una nueva deuda con una cuantía importante. El posible nuevo comprador supeditaría el OK definitivo de la operación a los resultados de una auditoría previa para clarificar y tener una idea clara de cuáles son los números reales del club.

NEGOCIACIÓN PARALELA / Mientras en la capital de España avanza la vía norteamericana para la venta del CD Castellón, el grupo liderado por el exdirector general del club de la entidad la pasada campaña, Jordi Bruixola —en el que se encuentran los futbolistas Pablo Hernández y Ángel Dealbert y el empresario castellonense Vicente Montesinos—, está reactivando un nuevo intento para adquirir el club, en su caso a través del abogado y secretario del Consejo, José Cano-Coloma.