De ser el único jugador que ha vivido/sufrido las seis temporadas anteriores en Tercera División... al ostracismo. La situación de Guille Vázquez no ha variado en todo el verano. El benicarlando sigue ejercitándose como uno más con el grupo, pero fuera de la dinámica del mismo y alejado de los actos oficiales, pendiente de alcanzar un acuerdo con el club para poner fin a su relación contractual.

«La persistencia y determinación son omnipotentes». Ese es el mensaje que el ya excapitán colgó, en su cuenta personal de Twitter, el 16 de agosto, junto a una foto en la que se le ve solo en el vestuario de Castalia. Una imagen que refleja sus circunstancias. Consciente de su tesitura, Guille trabaja con los demás, aunque hay una insondable distancia con los 20 jugadores que sí forman parte de la plantilla. Fuera de los entrenamientos -en algunos casos ha acudido rompiendo la uniformidad de las equipaciones-, se le suele ver poco integrado, a la espera de resolver su desvinculación que se alarga ya no solo semanas, sino meses.

El Castellón no cuenta con Guille no solamente por motivos estrictamente deportivos. Por ejemplo, está su elevada ficha. Inicialmente, el cadufero había solicitado cobrar todo el año, aunque futbolista y club han ido acercando posturas. Hasta el punto, que entre 2.000 y 3.000 euros podrían separar ambas partes de la resolución de una coyuntura que no favorece a nadie.