La temporada 2017/18 no empezó bien para Mario González, que se perdió los primeros meses con el filial por una lesión sufrida en pretemporada con en primer equipo, pero el atacante espera que acabe «de la mejor manera posible», con el ascenso que el Villarreal B persigue desde que fue arrastrado por el primer equipo a la 2ªB en la fatídica Liga 2011/2012.

Ya como uno de los fijos para Miguel Álvarez en el filial, el otro Mario del Villarreal afronta las dos últimas jornadas en el grupo III satisfecho por haber cumplido el primer objetivo, una clasificación para el play-off de ascenso que «tiene mucho mérito para una plantilla tan joven como la nuestra» y que tiene el valor añadido de haberse peleado ante históricos del fútbol español como el Hércules, el Elche o el Mallorca, este último taponando -a cinco puntos— el acceso de los groguets a una primera plaza que dejaría en una sola eliminatoria, y no en tres, el reto de subir a 2ªA. ¿Puede haber milagro? «Tenemos que hacer los deberes, ganar nuestros dos partidos —el próximo ante el Peralada, este domingo— y poner presión al Mallorca», explica Mario, que espera, como mínimo, asegurar la segunda plaza que «permitiría jugar la vuelta del play-off en casa,», valora.

El futuro pasa por ese deseado ascenso a la categoría de plata y, después, seguir peleando para aumentar la cifra de seis partidos que acumula con el primer equipo desde su debut en Riazor a principios del 2017. «Para los del filial que Calleja sea el entrenador del primer equipo es el mejor regalo», apunta sobre un técnico que apusta ciegamente en la base.