El capitán del Manchester United, Harry Maguire, detenido el viernes en la isla griega de Miconos tras una "agresión" a un policía, ha sido puesto en libertad este sábado a la espera de comparecer ante la justicia griega, según informa AFP.

El defensa central internacional inglés ha dejado el palacio de justicia por la mañana acompañado presumiblemente de su equipo jurídico antes de dirigirse a su vehículo. La audiencia tendrá lugar el martes pero el jugador no tiene la obligación de estar presente.

En un comunicado, el Manchester United ha indicado que ha tomado nota del aplazamiento del caso. "Harry se ha declarado no culpable. Sería inapropiado que el jugador o el club hagan más comentarios mientras el proceso judicial sigue en curso", ha declarado el club inglés.

En "buenas condiciones"

Antes, su abogado Konstantinos Darivas ha explicado al diario deportivo local ‘Gazzetta’ que Maguire estaba en "buenas condiciones" pese a las dos noches de detención. Y según la cadena griega Mega, el padre del jugador se ha desplazado a Grecia para estar al lado de su hijo. El caso está en manos de la fiscalía de la isla de Siros, en las Cícladas, archipiélago del que forma parte Miconos.

El exjugador del Leicester, fichado por el United por una cantidad cercana a los 87 millones el año pasado, fue detenido tras una pelea con turistas y una agresión a policías griegos, en compañía de su hermano y de un amigo, según la agencia de prensa griega ANA.

"Tres hombres británicos, uno de ellos futbolista de un equipo inglés, se enfrentaron la noche del jueves al viernes a policías, hiriendo sin gravedad a cuatro de ellos, y fueron detenidos", declaró a la AFP el viernes Petros Vassilakis, un responsable policial de Siros. Los policías les pidieron que les acompañaran a comisaría, pero estos intentaron escapar, añadió.

Segundo altercado

Según el comunicado oficial de la policía, en la comisaría estalló un segundo altercado cuando los tres hombres "se resistieron ferozmente (a la detención), empujando y golpeando a tres agentes", según el mismo texto. Uno de los sospechosos intentó sobornar a los oficiales para silenciar el incidente, asegura la policía griega.

Los sospechosos son acusados de agresión, rebelión, insultos verbales y amenazas a los agentes que vinieron a detenerles, así como de tentativa de corrupción, detalló la policía.