La historia se repitió, pero esta vez en Castalia. Si la pasada semana el Castellón veía cómo el Nàstic de Tarragona le usurpaba la victoria a falta de seis minutos, ayer los albinegros fueron privados del triunfo en el descuento, de penalti y ante un rival muy flojo y que apenas inquietó como el Ejea, que se llevó un suculento botín en forma de empate sin apenas merecerlo (1-1).

La poca intensidad en el juego que mostró ayer el equipo de Óscar Cano, la escasa profundidad y poca llegada al área rival y el conformismo final terminaron pasando factura a un combinado orellut que sale de la zona de play-off, aunque está de la misma a un solo punto, puesto que es 5º en la tabla clasificatoria.

El resultado dejó boquiabiertos a los presentes y muy enfadados a los miembros del cuerpo técnico y a los futbolistas del equipo albinegro pero, sin duda, es un aviso a navegantes de que en Segunda B cualquier rival puede aguarte la fiesta en un instante, independientemente de su nivel.

Tras las pruebas del partido del pasado miércoles en Copa Federación, en el que jugaron la mayoría de los no habituales, Cano volvió a poner sobre el césped de Castalia al bloque que tantas alegrías estaba dando en la presente temporada a la afición albinegra, que ayer volvió a responder con más de 13.000 espectadores.

CON EL MISMO BLOQUE / Jugó el equipo tipo salvo Javi Serra, que entró por Jorge Fernández, lesionado en Alcoi, uno de los efectos colaterales de la eliminación por penaltis ante el Alcoyano, la cual puede convertirse en clasificación esta semana por alineación indebida de los de El Collao.

El resto, los habituales. Con el 4-4-2 con interiores que se cierran para la subida de los laterales, aunque en esta ocasión Muguruza se prodigó menos al tener delante a un extremo puro como el citado Javi Serra.

El partido estuvo marcado por el ritmo lento de uno y otro conjunto. Ambos equipos parecían tener la batería descargada. Incluso el Castellón parecía vivir mejor sin que con balón.

El parsimonioso fútbol de uno y de otros hacía presagiar lo peor. Pese a que la mayoría de los presentes no jugaron en la Copa Federación, los albinegros se dedicaban a tocar sin profundidad e incluso esperaban en su campo cuando el Ejea dominó el esférico en varias fases del choque.

Es más, en muchos tramos de la primera mitad a los orelluts se les veía más cómodos con el dominio visitante, raro en un combinado de Óscar Cano al que ayer le pesaron las piernas.

LA SUERTE DE CARA / Al cuarto de hora de juego, cuando el partido estaba inmerso en una fase atónita, en uno de los robos albinegros, ya que dominaba la situación el conjunto aragonés, Carles Salvador realizaba un gran centro desde la derecha al segundo palo, que César Díaz convirtió en gol con su varita mágica. Una que toca, una que mete (1-0).

Un gol de bella factura que hacía presagiar un partido plácido y de tintes caseros.

Y sí que lo fue en cuanto a oportunidades en el área castellonense, ya que en todo el primer acto el meta Álvaro Campos solo tuvo que hacer una parada.

Fue a la media hora de juego, en la que fue la primera y única aproximación visitante en dicho periodo, con un remate de cabeza de Manu Molina que solventó bien el cancerbero orellut.

El Castellón sesteó hasta llegar al descanso, en una primera parte descafeinada en la que la ventaja de 1-0 era oro para tal y como se había desarrollado el encuentro, ya que los locales solo inquietaron con el gol y un par de lanzamientos lejanos de Víctor García y de Muguruza.

MISMO GUIÓN / La segunda mitad fue un calco de la primera, aunque en esta ocasión los de la capital de la Plana tuvieron más el balón que su rival pese a que el denominador común fue la escasa profundidad de ejecución.

Carles Salvador, Calavera y Rubén Díez formaron una sociedad de toque-toque, pero intrascendente, insulsa y de pase corto. No se aprovechó la velocidad por banda de Javi Serra, que lo intentó un par de veces, ni luego la de Alfredo cuando este entró por cubillas —muy desasistido ayer—sobre todo porque ni a uno ni al otro le llegaron balones.

César Díaz tuvo, en el minuto 74, un mano a mano ante el meta rival, pero su intento de vaselina se quedó en eso, en intento. Y un minuto después Cano dio entrada a Jairo Cárcaba por Serra en busca de mordiente y pegada.

Pero ni con esas. Los porteros fueron meros espectadores ayer. Solo un susto a Álvaro Campos con una falta desde la frontal del área que salió alta cerca del larguero y otra acción de César Díaz, que buscó el llamado gol de Pelé, lanzando a portería desde campo propio pero que al igual que le sucedió a la estrella brasileña, el lanzamiento no terminó en gol. En esta oportunidad, lo sacó el meta Rafa Santos.

POLÉMICA, PENALTI Y GOL / Cuando todo parecía que iba a ser una nueva alegría en forma de victoria llegó la jugada polémica. Pasado el minuto 90, en un balón colgado al área, Albert Torras cayó desplomado por un supuesto golpe de Satrústegui. El colegiado Busquets Ferrer se fue directo al punto de penalti ante la crispación de Castalia y de los futbolistas ya que la infracción como mínimo ofrece dudas.

La pena máxima la transformó David Mainz y enmudeció a la hinchada castellonense, que vio como en el 95 la tuvo su equipo, con un testarazo de Rafa Gálvez que se marchó alto.

Mazazo para el Castellón, que ve como le vuelan otros dos puntos de su casa -ya igualó aquí el Valencia Mestalla—y sale de la zona de play-off. A los orelluts les faltó velocidad, ambición y, al igual que en Tarragona, vieron que el rival les priva de una nueva victoria que tenían en el bolsillo.