A Marcelino García Toral casi le tiembla la voz cuando recordó en Anfield que su mejor recuerdo en el Villarreal CF era el partido del Almería en El Madrigal ante la típica pregunta de si era su cita más importante como entrenador amarillo. Los periodistas ingleses se quedaron sorprendidos.

El traductor que puso el Liverpool ayer en el estadio de Anfield preguntó al jefe de prensa del Villarreal si había escuchado bien la palabra Almería, buscando posiblemente una explicación.

Creo que el mensaje del técnico asturiano del Submarino caló entre los asistentes al escuchar la traducción y comprender que se trataba del día del ascenso a Primera División. Percibí admiración.

Alguno pensará que puede ser recurrente, pero nada más lejos de la realidad. El Villarreal ha llegado hasta donde lo ha hecho corriendo más que el contrario y planteando cada cita con mucha humildad. En todas y cada una de las competiciones que participa.

Marcelino se hizo luego una foto con su hijo, Sergio, en el césped del mítico coliseo de Anfield, donde se respira aroma de leyenda. Sí, hay que disfrutar del momento. Con la palabra humildad, vamos a estar en Basilea.

En Liverpool se admira al Villarreal como equipo y como club, eso es algo que he palpado desde el minuto cero, nada más poner el piel en tierra al bajar el avión. Hoy habrá 2.000 groguets en Anfield. Toca. H