No es normal que un niño, de apenas 16 años, se cuele en el jardín de Messi para juguetear como si estuviera en su casa, adueñándose del escenario, teniendo al Camp Nou a sus pies. No es normal que su primer remate a puerta en Primera División acabe en gol como le sucedió con su hermoso cabezazo en El Sadar. Tampoco resulta normal que en su segundo remate a puerta acabe en la red del Valencia tras firmar un derechazo que dejó petrificado a Cillessen. Nada es normal en la vida de un juvenil, cuyo impacto en el primer equipo ha sido descomunalmente inesperado. Más allá de las cifras —dos goles en 117 minutos de Liga- y de los récords de precocidad que está aniquilando Ansu Fati (el más joven de la historia del Barça en Liga) queda la imagen impactante de un adolescente que proyecta desparpajo sin dejarse impresionar por nada.

No es tampoco nada normal que un juvenil se pasee con tanta personalidad por los áridos escenarios de Primera, capaz incluso de convertirse en la estrella ofensiva del Barça, huérfano como está del Dios Messi. «No es normal que en el primer balón que toque sea gol», dijo un asombrado Valverde, el técnico que le ha abierto la puerta del Camp Nou. Quizá por pura necesidad, debido a las lesiones de Leo, Suárez, que reapareció ante el Valencia, y Dembélé. Pudo escoger otras alternativas (adelantar a Sergi Roberto, darle un rol más ofensivo a Arturo Vidal...), pero el Txingurri apostó por el descaro juvenil de Ansu y Carles Pérez, dos extremos de toda la vida, capaces de ensanchar el Camp Nou al máximo.

EL DESTINO // «No es normal que en el segundo balón que toque dé una asistencia de gol a Frenkie. Ni tampoco es normal que en el tercero casi marque otro gol espectacular», subrayó Valverde sobre ese joven que ha tenido una irrupción brutal en el Barça. El sábado debía estar jugando con el Juvenil A el derbi con el Girona. O estar incluso debutando en el filial, que empató con el Prat. Ansu, en cambio, estaba galopando por el Camp Nou ante 80.000 espectadores en una noche que ya pertenece a la historia culé.

«Ha llegado», dijo Valverde, sin atreverse a pronosticar si definitivamente se quedará. Ha llegado Ansu al hogar (la banda izquierda) en la que Coutinho nunca fue Coutinho, por lo que tuvo que hacer apresuradamente las maletas camino de Múnich para irse cedido un año al Bayern. Ha llegado a la vieja casa de Neymar, a quien Messi y sus compañeros aguardaban ansiosos durante el verano. Ha okupado el sitio destinado a Dembélé, el tercer fichaje más caro del club. Y ahí está ese niño, feliz y relajado, que ni tan siquiera ha debutado en el Barça B. «Ya veremos luego el recorrido que tiene. ¿El destino? No sé. Hubo lesiones, era su momento...», contó Valverde, impactado como todos por la vertiginosa irrupción.