No me gustan eludir temas delicados ni hacer como que no ha pasado nada. Sí, porque la contratación de Juan Carlos Garrido por el CD Castellón ha provocado un incendio a nivel de masa social. Son las cosas del fútbol, como le explicaba a una buena amiga, en cuya equilibrada cabeza no se computarizaba el porqué de tanta discordia. Y claro con la explicación de que es algo habitual en lo que rodea a este deporte, no sentía como suficiente el argumento.

Si dijera que soy amigo de Garrido, les estaría mintiendo, pero lo profesional siempre debe estar por delante de cuitas personales. Es el camino que cualquiera debe seguir a rajatabla en su profesión, dejando a un lado filias y fobias, que no interesan a nadie que no sea quien las alimenta. En el fútbol, las amistades a veces no son eternas. Por ello, Garrido también salió por la puerta de atrás del Villarreal, por el motivo que fuera. Y hoy es su cruz para un sector de aficionados albinegros, cuya opinión respeto. Nunca juzgaré a nadie por algo que no sea lo estrictamente concerniente a su labor. En este caso, lo que haga como técnico del Castellón.

Si me preguntan si me sorprendió su elección, pues obviamente seré sincero y les diré que sí. Me sorprendió. Cuando en la redacción de Mediterráneo adelantamos a nuestros lectores la noticia, éramos conscientes del impacto de la misma. Pero también reconozco que me sucedió lo mismo con la llegada de Óscar Cano... Si me piden mi opinión como entrenador, creo que es un técnico con muy buenos conceptos del fútbol, que sabe trabajar bien y está preparado para la complicada empresa que se le ha encomendado. También él debe ser consciente de dónde se encuentra. Me consta que para él es un reto importante. Y por eso le han elegido Vicente Montesinos y Jordi Bruixola. A su favor, que seguramente el Castellón es el club donde menos dinero va a ganar.

Para mi Garrido es ahora el entrenador del CD Castellón. Defiende los mismos colores que ustedes aman y aunque saben que la empresa es difícil, todos confían en poder ver al Castellón en Segunda A cuando esta pesadilla del covid concluya.

Por eso después de la tempestad viene la calma. Estoy convencido de que Garrido se dejará el alma por salvar al Castellón. Con su carácter, con sus ideas... ahora es el entrenador en el que ha confiado Montesinos y en el que debemos hacerlo todos.

Entre sus deberes para lograr el objetivo está acabar con la extrema debilidad defensiva, convertir al Castellón en un equipo correoso y competitivo y lograr que la posesión de balón no brille por porcentajes sino por efectividad. En fútbol no buscamos amigos, sino profesionales que cumplan sus objetivos. Ahora mi esperanza, y la de ustedes, está en Garrido y... en los futbolistas. Ellos también deben dar mucho mas. A Garrido solo le pido trabajo, humildad y respeto por esa camiseta. PPO.