Una semana después de que en el entorno del Real Madrid se diera por hecho que Isco, lo mismo que Bale, tienen pie y medio fuera del club blanco la temporada que viene, el jugador malagueño se ha sentido de forma repentina con fuerzas para reivindicar su figura y culpar directamente a Zinedine Zidane de no saber aprovechar sus condiciones innegables sobre el césped.

En un segundo plano en el Madrid tanto en la Liga como en la Champions en favor de Asensio y Lucas, sus dos actuaciones en los amistosos contra Alemania y Argentina, en especial contra el conjunto sudamericano, con un hat-trick, le llevaron a reclamar la atención para trasladar al técnico y al club blanco su malestar por la pérdida de protagonismo en el conjunto madridista.

Una actitud que lleva a pensar que él también está dispuesto a buscar una solución fuera si Zidane sigue en el banquillo, más allá de los 700 millones de cláusula de rescisión que figuran en el contrato que renovó hasta 2022.

Acabe como acabe su temporada en el Madrid, si en el Mundial su peso en la selección de Julen Lopetegui continúa en la línea trazada tanto en la fase de clasificación como en estos últimos amistosos de máxima resonancia su cartel estará por las nubes. La presunta oferta de 85 millones de euros del City que la entidad madridista tiene sobre la mesa, según afirmaba el diario The Sun, resulta poco menos que ridícula.

En el Barcelona, por otro lado, no dejan de lamentar que no atendiera los requerimientos de Bartomeu antes de firmar la renovación con el Madrid, con la finalidad de que accediera a llegar libre el verano próximo a cambio de una suculenta prima. Si hubiera sido así, probablemente a estas horas Countinho no sería culé.

ARGENTINA LLORA / El otro afectado del 6-1 que lideró Isco fue Argentina. Los argentinos volvieron a padecer el efecto de sus emociones pendulares. Si horas antes, avalados por una victoria sobre Italia, se sentían los mejores, la paliza española provocó el efecto contrario: «Somos los peores», se repite. «Di María se borra siempre». «Mascherano no puede jugar más», condenan los aficionados. Algunos incluso señalaron a Messi pese a no jugar y preservarse para el Barcelona.