El atletismo jamaicano no es solo Usain Bolt, aunque el carismático atleta nacido en Trelawny, a orillas del Caribe, es el faro que todo lo ilumina. Reggae-nights, el pegadizo tema de Jimy Clift, suena en el Engenhao cada vez que un atleta de color y camiseta amarilla triunfa en las finales de velocidad o vallas. De momento ya ha sonado cuatro veces, una para Bolt en 100 (y otra más que probable en el 200), dos para Elaine Thompson tras su doblete en 100 y 200, y otra para el vallista Omar McLeod, el único atleta que superó al hispanocubano Orlando Ortega en la final de 110 vallas.

Tras la calificación de los dos equipos jamaicanos de relevos 4x100 en la jornada matinal de ayer, Jamaica se prepara para celebrar otra exitosa sesión.

La pequeña isla antillana le ha cogido la medida a la velocidad estadounidense, hasta hace poco la gran potencia mundial en carreras cortas, que ahora aguanta como puede con éxitos esporádicos, pero no acaba de levantar cabeza desde el pringoso episodio Balco y la puesta en evidencia del engaño protagonizado por Marion Jones. Su hombre más rápido, Justin Gatlin, tiene 34 años y el miércoles ni tan siquiera pudo superar el pase a la final de 200 y a punto estuvo de verse rebasado por Bruno Hortelano. La famosa Academia de Tecnología que dirige Glen Mills, el técnico de Bolt, está dando sus frutos. H