El Mundial de motociclismo se instala hoy en Buriram, en el este de Tailandia, donde Marc Márquez (Honda) tendrá la primera posibilidad de coronarse, de nuevo, campeón del mundo de MotoGP. Con 98 puntos de ventaja sobre el italiano Andrea Dovizioso (Ducati), renovará el título, el sexto de la categoría reina en siete años, si gana la carrera o, simplemente, queda por delante del subcampeón italiano, que solo puede retrasar hasta el GP de Japón el alirón del canibal, como llaman a Márquez en Italia, si se adjudica el Gran Premio de Tailandia, el próximo domingo (09.00 horas, DAZN).

La superioridad demostrada por Márquez esta temporada ha dejado boquiabiertos a todos sus rivales pues, de los 14 grandes premios disputados hasta el momento, ha ganado ocho, ha quedado segundo en cinco y solo ha cometido un error, al caerse en Austin (Texas, EEUU), uno de sus circuitos preferidos, cuando ya iba escapado en la carrera. De ahí que, recientemente, en la inauguración del nuevo museo Yamaha, en Amsterdam, el británico Lin Jarvis, máximo responsable del equipo de la firma de los diapasones en el Mundial, dijese que "si he de ser completamente sincero, el único piloto que, en estos momentos, posee la capacidad para ganar el título, es Marc Márquez".

Grandes elogios a Márquez

Jarvis reconoció que solo hay que ver lo que hace en cada gran premio para cerciorarse de que el español no tiene rival. "Hay que tener en cuenta que el momento actual de MotoGP es altísimo, tanto en equipos como en pilotos de gran nivel, auténticos campeones, y muchas motos oficiales muy competitivas, de ahí que Márquez esté protagonizando una temporada asombrosa. Ha sido primero y/o segundo siempre, a excepción de su error en Estados Unidos".

Todo el mundo da por sentado que Márquez, que ya se llevó el primer GP de Tailandia, celebrado, el pasado año, en Buriram, no desaprovechará esta primera pelota de partido, pese a que los jefes de Honda, su marca, verían con buenos ojos que la gran fiesta, la renovación del título, se produjese, dentro de tres semanas, en Motegi, el trazado propiedad de Honda, en Japón. "Yo voy a intentar liquidar esto cuanto antes y, en estos momentos, no pienso en otra cosa que no sea ganar en Tailandia", insiste Márquez.

La superioridad del heptacampeón, que, desde su aparición en el 2013 en MotoGP cuando rompió todos los récords de precocidad, incluso convirtiéndose en el campeón más joven de la historia, ha hecho que más de un rival le considere, hoy por hoy, invencible a lo largo de 19 grandes premios. Ducati, declaró Danilo Petrucci hace diez días, "ha construido la mejor moto posible, esta es la mejor moto que se puede hacer y, pese a todo, van a seguir trabajando duro para mejorarla. Pero una cosa está muy clara, estamos peleando contra el piloto más fuerte de la historia que, además, posee, también, una gran moto".

Todos lejísimos en la general

Fue, sin duda, fruto de su espontaneidad, juventud y simpatía, pero hay muchos que recuerdan la frase pronunciada por el mallorquín Joan Mir cuando, en el primer entrenamiento del GP de Aragón, el viernes por la mañana, Márquez superó a todos por más de un segundo y medio. "Menos Márquez, todos estamos metidos en la mierda", comentó el joven piloto de Suzuki.

Hay algo que retrata esa versión. No solo Dovi, el dos veces subcampeón del mundo de los dos últimos años, está a casi 100 puntos de Márquez (es decir, cuatro victorias), Àlex Rins (Suzuki), que es tercero del Mundial, está a 144 (casi seis victorias de diferencia) y ya no digamos Valentino Rossi (Yamaha), que lleva desde Holanda-2017 sin ganar, pues se encuentra a 163 puntos del futuro campeón.