Javi Gracia quiere salir del Valencia. Apenas dos meses después de llegar, tras sentirse engañado y ninguneado por el club, el entrenador navarro busca cómo dejar la desnortada entidad de Mestalla que, de momento, no parece dispuesta a facilitarle ningún tipo de salida.

De ahí que, en la larga reunión que mantuvo este miércoles con el presidente Anil Murthy, el técnico (que acudió con su representante) usara la socorrida fórmula de poner su cargo a disposición del club para que le dejaran irse sin tener que pagar una compensación por romper su contrato y el dirigente le asegurara que están encantados con él. Unos minutos después de acabar, el club no tardó en afirmar que Gracia seguirá al frente de la plantilla y que le esperan este jueves en la ciudad deportiva.

El entrenador ha dejado claro desde el cierre en falso del mercado que no quiere estar más tiempo en el club. No ha salido a decirlo, aunque podría acabar haciéndolo, pero se ha encargado de transmitirlo. Pero sólo le quedan dos opciones, la primera es rascarse el bolsillo y pagar. La segunda es que Peter Lim, propietario del club, acepte esa salida sin indemnización para poner a otro entrenador cuando le hayan contado los entresijos de la reunión.

Cuando el pasado mes de julio, Gracia y su agente, José Rodríguez, se reunieron con Murthy les dijo que habría algunas salidas importantes pero también fichajes pujantes para compensarlo en una temporada de transición. Y se lo creyeron.

Pero la realidad ha sido otra. Las salidas (nueve en total) han incluido la columna vertebral del equipo: un central como Ezequiel Garay, los centrocampistas Dani Parejo y Francis Coquelin, el prometedor extremo Ferran Torres y el delantero Rodrigo Moreno. Llegadas no ha habido ninguna más allá del regreso de algunos cedidos. Pero durante todo el verano han estado mareando la perdiz con agentes e incluso con el propio Gracia, que hizo varias gestiones para encarrilar fichajes que nunca se produjeron.

El entrenador avisó públicamente antes del inicio de la liga de su decepción y la respuesta del club fue, básicamente, no volverle a llamar. Gracia puso encima de la mesa de la reunión de este miércoles ese ninguneo y pidió hablar directamente con Lim, con el que nunca ha podido hacerlo. Pero en esa reunión no se produjo la ansiada videoconferencia.

La situación ya la vivió Cesare Prandelli cuando dejó el Valencia a las bravas en diciembre de 2016. El club amagó con llevarle a los tribunales y al técnico italiano le tocó devolver parte de los cobrado.

LA PLANTILLA, CON GRACIA

En el vestuario no quieren ni oír hablar de la salida de Gracia y así se lo han transmitido al técnico. El cambio de la pasada temporada de un entrenador ganador como Marcelino García Toral por un experimento como Albert Celades, está muy reciente y el resultado aún escuece.

De momento, este miércoles fueron sus ayudantes los que dirigieron la sesión y trasladaron a los jugadores que Gracia estaba reunido con el presidente y sus ayudantes.

Falta por conocer la postura final de Lim, un inversor que dirige el club con mando a distancia desde Singapur ayudado en muchas ocasiones por su socio y amigo Jorge Mendes, uno de los agentes más poderosos del mundillo, y que se rige por criterios ajenos a los comunes en el mundo del deporte y difíciles de interpretar.