El Real Betis se impuso anoche por 1-0 al Sevilla y se llevó un derbi del Guadalquivir intenso, doce años después de su última victoria en casa ante su eterno rival, merced a un gol de su capitán, Joaquín Sánchez, a diez minutos del final de un choque que los sevillistas acabaron con diez por la expulsión de Roque Mesa (66’).

En este duelo cainita, el Real Betis dominó más y fue superior, sobre todo en una primera parte en la que no acertó ante el gol, lo que permitió rehacerse a un Sevilla que acabó desmoronándose tras la expulsión.

Los eternos rivales llegaban a este derbi tan tempranero con la misma ilusión y ganas de dar una alegría a su afición: el Betis más necesitado, pues aún no había ganado ni marcado un gol y jugaba en casa; y el Sevilla más rodado por sus previas europeas.

Los béticos, con el portugués William Carvalho mandando en el medio y con alguna subida peligrosa, empezaron con más intensidad y brío, eléctricos, y rompieron pronto las hostilidades ante un Sevilla dominado, conservador y dormido y sin llegada en un primer acto sin goles, ya que Canales había marcado en el 38, tanto anulado por el asistente y corroborado por el VAR.

La segunda mitad fue más movida, con ocasiones en ambas porterías y los guardametas en plan estelar, hasta que Joaquín cabeceó a la red, en el minuto 80, un centro de Mandi, convirtiéndose en héroe del derbi.