En su regreso a Primera hace poco menos de un mes, el Huesca contó con dos canteranos del Barça, Sergio Gómez y Jordi Mboula, cedidos en El Alcoraz por el Borussia de Dortmund y el Mónaco, que en Aragón han recuperado la sonrisa. Estaba jodido cuando llegué. Venía de dos años de lesiones e imprevistos. Y de una operación. Estaba casi cojo. Y siento que en el Huesca me he levantado. Que me he vuelto a poner de pie. He recuperado las sensaciones. He vuelto a sentirme como antes. Ha sido un respiro. Una liberación, arranca un Mboula (Ametlla del Vallès, 1999) que recaló en Huesca en enero, tras iniciar el curso en el Cercle Brugge belga.

El cuadro aragonés se levantó tras caer al suelo, y lo mismo ha hecho el propio Mboula. A nivel psicológico, me ha ido increíblemente bien. He sido muy feliz, y he madurado y he aprendido mucho, prosigue el talentoso atacante catalán; que hace ya tres años que puso fin a una prometedora etapa de casi una década en La Masia.

Mboula se despidió del Barça en 2017 para fichar por el Mónaco a cambio de tres millones de euros. El Barça es uno de los mejores clubes del mundo, o el mejor, y es muy difícil tener minutos en el primer equipo. No me arrepiento de haberme ido. En absoluto. Quién sabe dónde estaría si me hubiera quedado aquí. Pero lo que sí sé es que estoy muy orgulloso de todo lo que he logrado, de los pasos que he dado y de haber cumplido ya algunos de mis sueños, añade, tras reclamar oportunidades para los que suben desde abajo, un Mboula que hasta la fecha ha jugado diez partidos con el Mónaco en la Ligue 1 y uno más en la Champions.

CAMINO POR DELANTE

Una grave lesión frenó su entrada en el primer equipo monegasco, pero, ahora, el atacante afronta el mañana con optimismo. Y con la ilusión de seguir reivindicándose y de mostrar todo su talento. Esto es muy largo y la rueda no para nunca de girar. Solo tengo 21 años, y tengo muchísimo camino por delante. Quiero seguir mirando hacia arriba, concluye Mboula, que contribuyó al ascenso del Huesca jugando en nueve partidos.

Gómez (Badalona, 2001), por su parte, ha jugado 37 partidos en la que ha sido su primera temporada entera en el fútbol profesional. Fui a Huesca en busca de minutos, oportunidades y experiencia, y todo ha ido perfecto. Estoy orgulloso del trabajo hecho, ya que es muy difícil volver a Primera justo después de bajar. Y el ascenso nos revaloriza a todos, asiente el atacante catalán, que era considerado una de las grandes perlas de La Masia por la calidad que atesora en su pie izquierdo.

Gómez recaló en el Dortmund a cambio de tres millones en enero del 2018, justo después de proclamarse subcampeón del mundo sub17 y de ser el segundo mejor futbolista de dicho torneo, solo superado por Phil Foden (Manchester City). No he jugado mucho con el Borussia. Aún. Pero no me arrepiento de la decisión. Al contrario. Porque es un club ambicioso que apuesta mucho por los jóvenes. Ojalá pueda triunfar ahí. Este es mi objetivo, añade Gómez, que confía en que la gran campaña que ha hecho en El Alcoraz le sirva para ganarse un hueco en el primer equipo del Borussia, con el que tiene contrato hasta el 30 de junio del 2021 y con el que hasta ha disputado tres encuentros.

Y, convencido, Gómez, nominado al Golden Boy junto a Ansu Fati y Juan Miranda y a los exazulgranas Èric García, Abel Ruiz y Take Kubo, concluye: Cuando eres joven a veces conviene dar un paso atrás para coger impulso. Para dar dos pasos hacia adelante. Lo importante no es ser el primero. Es llegar.