Fue una de las grandes sorpresas en el once de Óscar Cano frente al Leganés. La titularidad de Juanto en los tres primeros partidos de liga hacía prever que el yeclano iba a volver a ser la referencia del Castellón ante el equipo pepinero. No obstante, el técnico granadino tenía un as en la manga para tumbar a todo un candidato al ascenso a Primera División: la apuesta de Jordi Sánchez en la punta del ataque.

Y lo cierto es que la fórmula le salió de manera perfecta a Cano, con un triunfo por 2-0 al Leganés que ha desatado la ilusión en la afición orellut, que ha visto cómo su equipo es capaz de competir ante cualquier conjunto y tiene mimbres para lograr la salvación. No en vano, una de las claves de la primera victoria de plata en Castalia fue la presencia de Jordi Sánchez como único 9. El barcelonés, de 25 años, fijó a la defensa madrileña y desoxigenó el fútbol de su equipo con su gran juego de espaldas cara a la portería rival.

Además, la portentosa capacidad física que ostenta le permitió ser el primer jugador orellut en la presión, lo que ayudó al Castellón a ganar el centro del campo durante grandes fases del partido y a desconectar a un Leganés con jugones como Eraso, Rubén Pérez, Arnaiz o Rubén Pardo, entre otros. Futbolistas de primer nivel que vieron como la medular albinegra lograba ganarles la partida. A partir de ahí, todo fue mucho más fácil para el Castellón, que gracias a las internadas de Muguruza, por derecha, y de Marc Mateu, por izquierda, materializaba esa superioridad en la zona de creación con centros de peligro que se convertían en ocasiones de gol.

Precisamente así llegó el primer tanto. Una cabalgada de Muguruza por el costado derecho de Castalia acabó en un centro que remató a gol el defensa Ignasi Miquel. Pero el autogol no fue fruto de la casualidad. El ex del Málaga desvió el balón ante la intensa presión de Jordi Sánchez, que se tiró con todo para rematar el esférico y lograr así su primera diana con la elástica del Castellón.

¿Su primer gol? / Un tanto que no llegó en Castalia ante el Leganés pero que buscará mañana domingo (12.00 horas) en Fuenlabrada. Un encuentro que además será especial en lo personal para el ariete, ya que el nombre del estadio significa mucho para él. Según explica a Mediterráneo, Fernando Torres es un espejo en lo futbolístico: «Fue uno de los primeros jugadores en los que me fijé. Tuve un entrenador que me dijo que tenía muchos movimientos parecidos a los suyos y que debía fijarme en él para seguir creciendo».

Tras el consejo de su técnico, comenzó una curiosa relación con el delantero de la selección española: «Cuando se fue al Liverpool no paraba de ver vídeos de sus partidos, sobre todo, en cómo se movía en el área y los desmarques que hacía para romper a la defensa. Era un fantástico futbolista y me hizo coger más afición por este deporte», reconoce Jordi.

Por último, el delantero del Castellón afirma que no era solo su ídolo por sus dotes futbolísticas, sino que también por su capacidad humana: «Nunca tuvo problemas con nadie y es el ejemplo perfecto de lo que tiene que ser un deportista: profesional, aplicado en su trabajo y respetuoso con sus compañeros y rivales. Ha sido un modelo a seguir como delantero y para mí siempre será especial».