La jornada resultó para el Barça redonda como un roscón de Reyes. El empate entre el Sevilla y el Atlético y la victoria de la Real Sociedad en el Bernabéu brindaban a los azulgranas la posibilidad de poner tierra de por medio en Getafe. Y los hombres de Ernesto Valverde no la desaprovecharon, aunque para ello tuvieron que sufrir como gladiadores en el Coliseum, donde los puntos se sudan más que se ganan. Leo Messi y Luis Suárez se ocuparon de iluminar el camino con sus goles y Arthur, que volvía al equipo titular, fue el paje real encargado de guiar la caravana barcelonista hasta el portal del triunfo. Eso sí, no exento de polémica por un gol anulado a Mata a los nueve minutos por falta de Ángel a Lenglet.

Le costaba últimamente al Barça estrenar el año natural con una victoria (no lo conseguía desde el 2014) y el Getafe de José Bordalás (el próximo sábado visita Vila-real con la baja por tarjetas del lateral Damián), un equipo tan agradable como un labio partido, no parecía el rival más propicio para truncar la maldición. Valverde, que lo sabía, probablemente hubiera preferido no hacer ninguna concesión en el once inicial, más allá de devolver al recuperado Sergi Roberto a su puesto en el lateral derecho, pero las dudas sobre el rendimiento de Sergio Busquets, que acababa de salir de un proceso gripal, le llevaron a apostar por un centro del campo inédito formado por Rakitic, Arthur y Arturo Vidal, con el croata retrasado a la posición casi de tercer central.

Los primeros 20 minutos transcurrieron en lo que se podría llamar el territorio Bordalás. Una sucesión de faltas, barullos y parones en la que el balón apenas pudo correr por el reseco césped del Coliseum. Todo cambió cuando Messi, letal como un ataque al corazón, aprovechó una indecisión de los dos centrales azulones para colarse en el área y batir a Soria. Con el gol llegaron los mejores minutos del Barça.

VOLEA ESPECTACULAR // En pleno acoso, Luis Suárez cazó una pelota en el borde del área y soltó una volea de tutorial con el pie derecho que acabó en la red de la portería local. Un golazo que, extrañamente, tuvo el efecto de destensar al equipo azulgrana. La consecuencia fue el tanto de Mata en una jugada que los centrales culés quedaron retratados.

El 1-2 permitió a los de Bordalás plantear la segunda parte a su manera, bronca e intensa. La entrada de Busquets por Vidal sirvió para dar algo más de equilibrio al juego azulgrana, y el ejercicio de supervivencia en que se convirtieron los segundos 45 minutos tuvo un desenlace feliz para los de Ernesto Valverde.