Está llamado a ser una de los futbolistas más importantes del proyecto del regreso a Segunda División B del CD Castellón. José Carlos Fernández, flamante fichaje del club albinegro que se oficializó el pasado domingo, atesora experiencia en Primera División, habiendo disputado 81 encuentros, así como muchas apariciones en Copa del Rey, Europa League e incluso Champions League, ya que ha militado, entre otros, en el Sevilla y AEK Atenas, así como Córdoba y Rayo Vallecano en la máxima categoría.

Tras un año en el dique seco por lesiones —su último club fue el Nàstic de Tarragona en la 2016/17—, José Carlos se vistió de corto ayer en su primer entrenamiento con el Castellón. «Muy bien, muy feliz», así se siente.

El mediapunta está ilusionado por llegar a «un club con solera y una ciudad de fútbol». «He venido para poner mi granito de arena y que el club vaya hacia arriba. El Castellón no merece estar en Segunda División B», explica.

LA AFICIÓN, DETERMINANTE / El onubense argumenta por qué recala en la capital de la Plana: «Tuve varias ofertas, pero sabía la pasión que existe en la ciudad por el Castellón, que arrastra mucha masa social. Tenemos un buen proyecto y esperemos que este año salgan las cosas bien y se cumplan los objetivos», reconoce.

Incluso tiene claro que es uno más en el equipo: «Yo vengo para sumar, ayudar y aportar cosas para el equipo». Aunque no quiere precipitarse en cuanto a los objetivos: «Todavía falta un mes para empezar la Liga, pero tengo claro que habrá equipo para estar arriba. Debemos ir poco a poco, todavía es pronto para poner techo».

Sobre su ostracismo por las lesiones es sincero: «Tenía muchas ganas de volver a pisar un terreno de juego, de ponerme a trabajar, recuperar sensaciones e ir cogiendo ritmo». «Llevo tiempo parado, pero eso no me preocupa. Lo importante es que tengo ganas e ilusión de ponerme a tono y de estar a disposición del míster cuanto antes», finaliza.