Una temporada más, el Joventut Almassora tiene filial en Primera Regional, una cantera de futbolistas que se curten día a día para promocionar al primer equipo en algún momento. La campaña del segundo conjunto albinegro está siendo más que aceptable, puesto que las jóvenes promesas almazorenses ocupan la sexta posición en la clasificación con 23 puntos, a solo cinco del tercero, el Cabanyal Canyamelar.

Pero más allá de las resultados, calificados positivamente por la entidad, están las sensaciones en cada encuentro, algo que ha hecho que varias jugadoras tengan la oportunidad de poder entrar en la dinámica de entrenamientos de la primera plantilla, que actualmente se halla en Segunda División por tercer ejercicio.

El plantel del femenino B de la entidad se caracteriza, como todo filial que se precie, por su juventud. De hecho, el Joventut presentan una media de 17 años. Eso sí, gran parte de las jugadoras tienen un nivel futbolístico muy alto para su edad.

Para el Joventut, su segunda escuadra es muy importante. No en vano, el club echa el resto claramente por el fútbol femenino y por la progresión de este. Precisamente, esta escuadra significa una marcada apuesta de futuro.

Formación con expectativas

Por ello, el objetivo no es otro que formar a las jugadoras y prepararlas para dar el salto al primer equipo. Para alcanzar este propósito, hay un arduo trabajo detrás en cada entrenamiento y cada semana en los encuentros. El día a día del filial se enmarca dentro de una metodología similar a la del primer equipo. Una filosofía por el fútbol de toque y la posesión del balón, un juego combinativo del que deben salir los triunfos cada fin de semana.

El buen hacer da sus frutos y hay jugadoras, como Lucía Calper, Sonia Trimiño o Laura Castaño, que ya debutaron la pasada temporada en Segunda División. Sin embargo, la futbolista con más presencia en el primer equipo es Andrea Albiol, que lleva desde la pretemporada destacando con las mayores.